EXCLUIDO ( POEMA )

 Nuestro reino tampoco es de este mundo

y, sin embargo, la belleza imprime

formas de su dolor. ¿Y a quién invoco,

y a quién he de invocar? Oh, tú, la tarde

junto al agua color de yelmo y de asta.

Árbol: escudo en la llanura inmensa.

Soledad del camino. ¡Tú, vencejo

crucificado en la pared del hombre!

Claro ha de ser el día y presurosas

irán las nubes. Como en un cayado

de pastor mal grabado con las piedras,

el símbolo del campo y de la vida

se quemará en mi piel. No es de este mundo

y, sin embargo, la misión me culpa.

¿Yo soy la causa de que las estrellas

teman caer? ¿Yo miro y todo calla?

¿Yo hago al racimo agraz y negro al trigo?

Sé lo que es ser gusano en la manzana

y, sin embargo, entérate, no es de este

mundo tampoco mi ebriedad. ¡Bodega,

qué combustible corazón, qué alta

uva pisada por los pies desnudos

de los ángeles como los de un pobre

tan hermoso que muere al menor signo!

Claro ha de ser el día porque siempre,

siempre a campana herida te anunciabas.

 

 














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