Jesús - Todavía son humanos e imperfectos - Los apóstoles discuten

 En esta última noche que Jesús pasa con sus apóstoles, él les ha lavado los pies, y así les ha dado una excelente lección sobre servir a los demás con humildad. ¿Por qué ha sido necesario? Porque han demostrado que tienen un punto débil. Son leales a Dios, pero aún están pensando en quién de ellos es el mayor o más importante. Esa mala tendencia vuelve a surgir en el transcurso de la noche.

En poco tiempo, comienza “una fuerte discusión entre los discípulos” sobre quién de ellos es el mayor. ¡Qué triste debe sentirse Jesús al verlos discutiendo de nuevo! Pero ¿qué hace al respecto?

En vez de regañarlos por su actitud y su comportamiento, razona pacientemente con ellos: “Los reyes de las naciones dominan al pueblo, y a los que tienen autoridad sobre la gente se les llama benefactores. Sin embargo, ustedes no deben ser así. [...] Porque ¿quién es mayor? ¿El que come, o el que sirve?”. Entonces, les recuerda el ejemplo que él mismo les ha dado siempre: “Pero yo estoy entre ustedes como el que sirve”.

A pesar de que son imperfectos, los apóstoles han permanecido al lado de Jesús en medio de muchas situaciones difíciles. Por eso, él les dice: “Yo hago un pacto con ustedes para un reino, así como mi Padre ha hecho un pacto conmigo”. Estos hombres son seguidores leales de Jesús. Y él les asegura que, gracias a este pacto que hace con ellos, estarán en el Reino y gobernarán con él.

Aunque los apóstoles tienen esa maravillosa esperanza, todavía son humanos e imperfectos. Jesús les dice: “Satanás los ha reclamado a todos ustedes para sacudirlos como si fueran trigo”, que se dispersa al pasarlo por una criba. Además, les advierte: “Esta noche, todos ustedes van a fallar por mi causa, porque está escrito: ‘Heriré al pastor y las ovejas del rebaño serán dispersadas’”.

Pedro dice muy confiado: “Aunque todos los demás fallen por tu causa, ¡yo nunca fallaré!”  Pero Jesús le dice que, antes de que un gallo cante esa noche dos veces, negará conocerlo. No obstante, añade: “Pero yo he rogado por ti para que tu fe no decaiga. Y tú, cuando vuelvas, fortalece a tus hermanos”. Aun así, Pedro insiste: “Aunque tenga que morir contigo, yo nunca negaré conocerte”. Los demás apóstoles afirman lo mismo.

Jesús sigue diciendo: “Voy a estar con ustedes un poco más de tiempo. Me buscarán; pero lo mismo que les dije a los judíos se lo digo ahora a ustedes: ‘No pueden venir adonde yo voy’”. Y añade: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; que, así como yo los he amado, ustedes se amen unos a otros. De este modo todos sabrán que ustedes son mis discípulos: si se tienen amor unos a otros” .

Al oír a Jesús decir que estará con ellos solo un poco más de tiempo, Pedro le pregunta: “Señor, ¿adónde vas?”. Él le contesta: “Adonde yo voy no puedes seguirme ahora, pero me seguirás más tarde”. Confundido, Pedro responde: “Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti”.

A continuación, Jesús se refiere a la ocasión en la que envió a sus apóstoles a predicar por Galilea sin bolsita para el dinero ni bolsa de provisiones Y les pregunta:  “¿Verdad que no les faltó nada?”. Ellos contestan que no. Pero ¿qué deben hacer de ahora en adelante? Jesús les manda: “Ahora, el que tiene una bolsita para el dinero, que la lleve, y también una bolsa de provisiones; y el que no tiene espada, que venda su manto y compre una. Porque les digo que tiene que cumplirse en mí esto que está escrito: ‘Fue considerado un delincuente’. De hecho, esto se está cumpliendo en mí”.

Jesús está hablando del momento en el que lo clavarán en un madero junto a malhechores o delincuentes. A partir de entonces, sus seguidores se enfrentarán a dura persecución. Ellos creen que están listos, así que le dicen: “Señor, mira, aquí hay dos espadas”. Él les responde: “Con eso basta”. Más adelante, Jesús aprovechará que ellos tienen dos espadas para enseñarles una importante lección..

Entradas que pueden interesarte

Sin comentarios