La nueva variante de preocupación se ha detectado en casos de COVID-19 en 15 países durante noviembre. Los expertos afirman que podría asociarse a “una potencial fuga inmunológica”
Más de 4.270 millones de personas en todo el mundo han recibido una dosis de la vacuna COVID-19. Esa cifra equivale al 55,6% de la población mundial. En América Latina, el 68% tiene al menos una dosis. Hasta ahora, las diferentes vacunas autorizadas contra el COVID-19 han demostrado alta eficacia para reducir los contagios, las hospitalizaciones y las muertes. Pero ahora apareció Ómicron, una variante del coronavirus que llevó a reunión de urgencia el viernes y fue clasificada como “prioritaria” a nivel global. Una duda que surge en el contexto actual de los planes de vacunación es: ¿Ómicron puede transmitirse entre personas ya vacunadas?
Las vacunas contra el COVID-19 que fueron desarrolladas durante 2020 han demostrado ser altamente eficaces para prevenir la infección, la enfermedad grave y la muerte si una persona queda expuesta al coronavirus. Sus beneficios han cambiado el rumbo de la pandemia a pesar de la emergencia de variantes prioritarias del coronavirus como Delta, que había sido detectada en la India en octubre del año pasado.
Hoy la mayoría de las personas que adquieren la infección son las que aún no están inmunizadas. Pero como los inoculantes no son 100% efectivos en la prevención, algunas personas que ya están totalmente vacunadas pueden tener la infección porque aún persiste la circulación comunitaria del coronavirus.
Consultada por Infobae, la investigadora del Conicet Carolina Torres, quien forma parte del Proyecto País, el consorcio de vigilancia genómica del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Argentina, comentó: “Por el momento, no habría nada que haga pensar que la variante Ómicron tenga un comportamiento diferente al resto de las variantes ya conocidas con respecto a la vacunación. Probablemente se pueda transmitir como las otras. Si puede transmitirse más o menos entre personas ya vacunadas, aún no lo sabemos”. Torres investiga en virología en la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos Aires y es miembro de la Sociedad Argentina de Virología.
La aparición de una nueva variante de preocupación reavivó el debate mundial sobre la distribución de las vacunas, la mutación del virus y la protección de las vacunas hoy. Algunos expertos han sugerido que la aparición de una nueva variante podría ser el resultado de los bajos niveles de cobertura vacunal en los países en desarrollo. Alrededor del 74% de las vacunas que se han puesto en los brazos en todo el mundo se han administrado en países de renta alta y media-alta. Sólo el 0,7% de las dosis se han administrado en países de bajos ingresos.
La variante Ómicron del coronavirus es “altamente transmisible” y requiere una “acción urgente”, consideraron hoy los ministros de Sanidad del G7 tras una reunión de urgencia convocada por Londres. “La comunidad mundial se enfrenta a la amenaza de una nueva variante, en una primera evaluación, altamente transmisible del COVID-19, que requiere una acción urgente”, dijeron los ministros de Sanidad en una declaración conjunta tras una reunión de emergencia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó hoy el riesgo global asociado a la variante del coronavirus causante del COVID-19 Ómicron como “muy alto” dado que su elevado número de mutaciones, algunas de ellas preocupantes, pueden asociarse a “una potencial fuga inmunológica” y a una “mayor transmisibilidad”. Debido a su reciente surgimiento, la nueva variante aún plantea un amplio desconocimiento e incertidumbres, entre las que la OMS destaca el grado de transmisibilidad, la eficacia de las vacunas contra la infección, la transmisión, la patología médica en diferentes grados de severidad y muerte, y si la variante presenta un patrón de gravedad diferente.
Hoy, la OMS recomendó a los Estados Miembros que adopten acciones prioritarias para mejorar la preparación y la respuesta a la variante Ómicron. Entre ellas, recomendó “garantizar la existencia de sistemas de alerta temprana, garantizar la existencia de planes de mitigación para mantener los servicios sanitarios esenciales y los recursos de atención sanitaria necesarios para responder a posibles repuntes, y comunicar periódicamente información basada en pruebas sobre Ómicron y otras variantes en circulación.
“Obsérvese que el riesgo global relacionado con Ómicron se considera muy alto por varias razones. En primer lugar, el riesgo global de COVID-19 sigue siendo muy alto en general, y en segundo lugar, hay pruebas preliminares preocupantes sobre Ómicron que sugieren, en contraste con las anteriores variantes de preocupación, tanto un potencial escape inmunológico como una mayor transmisibilidad que podría conducir a nuevos aumentos con graves consecuencias. Las pruebas para esa evaluación contienen una incertidumbre considerable y se actualizarán a medida que se disponga de más información”, señaló la OMS hoy en un comunicado.
Desde que Sudáfrica detectó la variante Ómicron en pacientes con COVID-19 y compartió la semana pasada los datos con OMS, laboratorios de vigilancia genómica se pusieron a buscarla en otros países. Hasta hoy , ya se detectaron más de 160 casos en Botsuana, Holanda, Australia, Reino Unido, Israel, Canadá, Hong Kong Dinamarca, Austria, Italia, Bélgica, República Checa, Alemania, Francia, Japón y Suiza.
En laboratorios asociados a la Organización Mundial de la Salud y en las empresas que desarrollaron las vacunas ya se están llevando a cabo estudios para evaluar cuál es la protección que brindan las vacunas frente a la amenaza de la variante Ómicron. Contiene 32 cambios sólo en la proteína de la Espiga del coronavirus. Esto incluye mutaciones que pueden aumentar la transmisión y evadir la inmunidad. Por lo tanto, existe el riesgo de que la variante Ómicron se propague rápidamente y reduzca (aunque no elimine) la eficacia de las vacunas actuales, sostuvieron los científicos Jennifer Juno, del Instituto de la Infección y la Inmunidad Peter Doherty, junto con Adam Wheatley, del Departamento de Microbiología e Immunología, de la Universidad de Melbourne, Australia, en un artículo que publicaron en The Conversation.
La OMS ya informó que está trabajando “con socios técnicos para entender el impacto potencial de esta variante en las contramedidas existentes, incluidas las vacunas. Las vacunas siguen siendo fundamentales para reducir las enfermedades graves y la mortalidad, incluso contra el virus dominante que circula, el Delta. Las vacunas actuales siguen siendo eficaces contra la enfermedad grave y la muerte”.
Jim Naismith, director del Instituto Rosalind Franklin y catedrático de Biología Estructural de la Universidad de Oxford en el Reino Unido, reconoció hoy que todavía no hay respuestas a estas tres preguntas: La primera es cuál es la tasa de propagación de Ómicron frente a la de la variante de preocupación Delta. La segunda pregunta es si causa más o menos la misma enfermedad que Delta y la tercera es hasta qué punto puede evadir la inmunidad.
“Las tres preguntas son cruciales. Tenemos una pista sobre la primera pregunta, algunos datos iniciales sugieren que el virus puede propagarse rápidamente. Sin embargo, advierto que esto puede cambiar. Es demasiado pronto para saber sobre la segunda pregunta. Al basarnos en los estudios científicos de varios cambios en la proteína Espiga del coronavirus y en nuestra comprensión de la biología estructural de la neutralización, esperaríamos que esta variante fuera menos susceptible a la inmunidad, ya sea por la vacuna o por una infección previa”, sostuvo Naismith.
“Las vacunas que tenemos son seguras y eficaces, y han reducido enormemente las enfermedades graves y las muertes -afirmó el doctor Naishmith-. Seguirán siendo efectivas hasta cierto punto, por lo que insto a todo el mundo a que se ponga las suyas. Además, hay nuevos medicamentos que van a entrar en funcionamiento y que no se verán afectados por los cambios de Ómicron. Más allá de la vacunación, la ventilación es una medida eficaz, así como el uso del barbijo o mascarilla.
Se estima que los resultados de los estudios sobre la nueva variante de preocupación y las vacunas no estarán listos hasta dentro de dos semanas como mínimo. Los desarrolladores de dos de las vacunas contra el COVID-19, Pfizer-BioNTech y Moderna, se están preparando para reformular sus vacunas si es necesario.
En la empresa Moderna, en Cambridge, Massachusetts, que desarrolló una de las dos vacunas autorizadas de ARN mensajero contra el COVID-19, el martes pasado había saltado la “alarma”. El equipo de la empresa que rastrea las variantes observó una actividad inusual en una base de datos mundial gestionada por la Iniciativa GISAID, una organización sin ánimo de lucro, a medida que los científicos de todo el mundo empezaban a cargar información sobre una nueva variante.
En tanto, en la empresa AstraZeneca, que desarrolló su vacuna en colaboración con la Universidad de Oxford, informaron que está llevando a cabo investigaciones en Botsuana y Suazilandia (Eswatini), en África. Allí se ha identificado la variante Ómicron también y hacen los estudios para obtener datos del mundo real sobre el rendimiento de la vacuna.
El Instituto Gamaleya de Rusia informó hoy en un comunicado que “ha comenzado a desarrollar la nueva versión de la vacuna Sputnik adaptada a Ómicron. En el improbable caso de que sea necesaria dicha modificación, la nueva versión de Sputnik Ómicron puede estar lista para su producción a gran escala en 45 días. Varios cientos de millones de refuerzos de Sputnik Ómicron pueden suministrarse a los mercados internacionales ya para el 20 de febrero de 2022, con más de 3.000 millones de dosis disponibles en 2022″.