Casi 900 niños rusos son adoptados cada año por familias estadounidenses. Sin embargo, su vida en Estados Unidos puede ser muy diferente a la que habían soñado.
Muchos acaban en un rancho cerca de la forntera con Canadá. Los abusos que sufren los menores por parte de sus padres adoptivos son frecuentes. Algunos acaban directamente en un avión de regreso como fue el caso de un niño que en 2010 fue devuelto por su madre adoptiva como si se tratara de una mercancía defectuosa.
Pero hay menores que corren peor suerte, ese fue caso del pequeño Iván Skorobogátov, a quien sus padres adoptivos estadounidense asesinaron de manera brutal. "Hay una realidad no contada sobre los niños que han sido o están siendo abusados. Hasta que no los maten, no saldrán en los titulares.
Es imposible saber qué pasa", asegura Mirah Riben, autora del libro 'El mercado de la cigüeña'. El problema de la falta de transparencia se hace evidente en el centro 'Ranch for Kids', situado en el noroeste de los EE.UU. a solo ocho kilómetros de la frontera con Canadá, donde acaban decenas de niños, a quienes sus padres adoptivos los rechazan o simplemente tienen problemas para educarlos.