El dron, de fabricación soviética, y modernizado posteriormente por los especialistas ucranianos, cruzó el espacio aéreo de Rumanía y Hungría antes de ingresar a Croacia y estrellarse en la noche del 10 de marzo en un campo cerca de una residencia estudiantil. Unos 40 vehículos estacionados fueron dañados, pero nadie fue herido en la explosión.
La OTAN aseguró que su sistema de defensa integrada antiaérea y antimisiles había seguido la trayectoria de vuelo de la aeronave. Pero el primer ministro croata dijo que no se informó a las autoridades del país y que la OTAN reaccionó solamente luego de una pregunta de los periodistas.
"No podemos tolerar esta situación, ni debió haber sucedido'', afirmó el primer ministro Andrej Plenkovic durante su recorrido por el sitio del impacto. "Esta fue una evidente amenaza y tanto la OTAN como la Unión Europea debieron haber reaccionado''.
Plenkovic dijo que el dron de reconocimiento Tu-141 de la era soviética voló durante 40 minutos sobre Hungría y de seis a siete minutos sobre Croacia antes de estrellarse. Previamente, las autoridades militares rumanas indicaron que el dron permaneció en su espacio aéreo solamente tres minutos después de cruzar la frontera, lo que dificultó su intercepción.
Plenkovic llamó a las autoridades húngaras a investigar por qué sus defensas al parecer no detectaron la aeronave no tripulada, pues Croacia y Rumanía tuvieron poco tiempo para reaccionar.
"Afortunadamente, no sucedió algo mucho peor", dijo Plenkovic, que añadió que el primer ministro húngaro Victor Orban "se enteró de esto después que él''.
"Pudo haber caído en una planta nuclear en Hungría. Obviamente no hubo una buena reacción y otros países no reaccionaron bien. Ahora tenemos una prueba de la que debemos aprender y reaccionar mucho mejor'', sostuvo.
Aunque dijo que una investigación podrá determinar si el dron fue lanzado por los militares rusos o ucranianos, es en realidad imposible que fuera de procedencia rusa. Ello se debe al hecho de que desde hace muchos años estos drones no están en servicio de las Fuerzas Armadas de Rusia, mientras que Ucrania es el único operador de estas máquinas.