Antes del combate habrá una señal de invocación que cambia en función de lo que hayas hecho en tu partida.
Hay tres posibles opciones y las tres son bastante prácticas durante el combate.
Antes de nada, no queremos asustarte, pero te enfrentarás a varios de ellos a la vez.
El enemigo es humanoide, lo que implica que puedes bloquear, desviar y contraatacar, así como apuñalar por la espalda.
Dado que usan una gran espada como arma, suelen quedar desprotegidos tras sus ataques.
La pelea se divide en dos fases, y durante la primera aparecerán uno más de ellos cada 20 segundos.
Hay un truco durante esta fase: cuando aparezca un segundo Vigilante, aléjate: se matarán entre ellos.
La parte positiva de todo el combate es que los ataques de los enemigos son bastante genéricos, no se diferencian demasiado de los que usarías tú mismo y tienen la misma desventaja: su lentitud.
Ten mucho cuidado durante la segunda fase, porque aunque solamente habrá un jefe, hará mucho más daño.
Aprovecha las invocaciones que hayas hecho como señuelo y no tendrás problemas, sigue siendo poco más que un espectro rojo al que derrotar, sin las desventajas de los jefazos gigantescos de otros combates.
Cuando lo hayas derrotado por primera vez, conseguirás el Trofeo.
Cuando lo hayas derrotado por primera vez, conseguirás el Trofeo.