La amenaza del terrorismo yihadista sobrevuela el Mundial de fútbol de Qatar. El grupo terrorista Al Qaeda advirtió a los musulmanes de todo el mundo que no asistan a los partidos de fútbol de la cita futbolística en el país árabe.
En un comunicado difundido por el grupo terrorista, y recogido por la agencia Reuters, Al Qaeda criticó a las autoridades qataríes por «traer personas inmorales, homosexuales, corruptos y ateos a la Península Arábiga», tierra que los musulmanes consideran sagrada por acoger las ciudades santas de la Meca y Medina.
Se trata de una referencia, según la retórica habitual del grupo desde los tiempos en que lo lideraba Osama bin Laden, a la presencia de bases militares estadounidenses en Arabia Saudí, la existencia del Estado de Israel o la alianza de varios regímenes árabes con Estados Unidos.
Aunque en el comunicado del grupo terrorista no se efectúa una amenaza terrorista explícita contra el Mundial, el miedo a un posible atentado se ha disparado tras el comunicado en el que Al Qaeda advierte «a nuestros hermanos musulmanes que no sigan este evento ni asistan a él».
Un mundial polémico
La velada amenaza de Al Qaeda es la última piedra en el camino del Mundial de fútbol de Qatar, inmersa en una agria polémica desde el momento en que se designó al país de Oriente Medio como sede del campeonato.
Además de las críticas por la falta de respeto a los derechos humanos en el país, especialmente por la represión de los homosexuales, la discriminación de las mujeres o la falta de libertad ideológica, de conciencia o religiosa, la candidatura de Qatar ha recibido numerosas críticas por la explotación de los trabajadores que construyeron los estadios.
Según reveló el británico The Guardian, más de 6.500 trabajadores de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka murieron en 10 años durante la construcción de la sede qatarí del mundial.
Se trata de una cifra desprendida del análisis de documentos gubernamentales que, sin embargo, otras fuentes reducen a 1.200 fallecidos.
Además, el grupo terrorista afirmó que la celebración del Mundial en Qatar sólo sirve para desviar la atención «de la ocupación de países musulmanes y la opresión de la población islámica».