Existen variadas historias de ovnis que visitan las zonas de conflicto, pero siempre hemos sospechado que sólo observan pacíficamente el campo de batalla; sin embargo testimonios y datos (en pocos casos) dicen lo contrario. Gennaro Martino, es un ex Navy SEAL que fue enviado en el breve conflicto entre Argentina y Gran Bretaña en 1982: La Guerra de las Malvinas. Él ahora tiene aproximadamente 65 años (27 en ese entonces) y misteriosamente enfermo con una enfermedad desconocida. Sus parientes creen que fue de alguna manera envenenado por los servicios secretos debido a su conocimiento.
Como él dice, a su edad ya no tiene miedo de revelar la verdad; sin embargo le han ocurrido muchas tragedias, dos de sus hermanos murieron recientemente debido a enfermedades flashes desconocidas, y es muy posible que aquí exista una gran conspiración en su contra por haber decidido hablar sobre lo que presenció en la isla, en gran parte despoblada, durante el asedio inglés.
Martino recuerda todo hasta el mínimo detalle, desde el punto en donde su equipo abordó la nave hasta cuando ya estaba en la seguridad de su hogar.
Él reveló esta historia a una revista Argentina provincial, que, por supuesto, sólo sale en prensa. Él comienza su historia con una especie de descargo de responsabilidad: «Tienes que entender la situación compleja, complicada de nuestro país, nuestra gente, aún más en ese tiempo. Somos un pueblo patriótico, y siempre he pensado que el gobierno utiliza eso contra nosotros. Sabíamos que éramos corderos de sacrificio, querían recuperar el apoyo público para conquistar la isla que no tenía ningún valor alguno, pero sí valor patriótico. Pero también sabíamos que si no lo hacíamos, la gente nos consideraría los traidores y ellos los buenos. Fue un infierno moral.»
A continuación relata cómo llegaron a la isla (que estaba oficialmente en posesión de Gran Bretaña) y la ocuparon sin ninguna resistencia. Él utiliza las mismas palabras, como corderos de sacrificio, pues al encontrarse con los británicos todo se convirtió en un caos absoluto y una carnicería. Hubo mucho fuego de los ingleses y por eso los demás argentinos no notaron las naves (Ovnis) o lo hicieron pero pensaban que eran alucinaciones a causa del miedo, pero ambos lo vimos, recuerda, refiriéndose a su compañero Pedro Escalante, que recientemente murió de causas desconocidas. “Todos estábamos disparando como locos, pero casi nunca golpeábamos algo, pero cuando llegué a casa y escuché el número de ingleses muertos, sabía que lo que habíamos visto era real,” añadió.
Martino recuerda todo hasta el mínimo detalle, desde el punto en donde su equipo abordó la nave hasta cuando ya estaba en la seguridad de su hogar.
Él reveló esta historia a una revista Argentina provincial, que, por supuesto, sólo sale en prensa. Él comienza su historia con una especie de descargo de responsabilidad: «Tienes que entender la situación compleja, complicada de nuestro país, nuestra gente, aún más en ese tiempo. Somos un pueblo patriótico, y siempre he pensado que el gobierno utiliza eso contra nosotros. Sabíamos que éramos corderos de sacrificio, querían recuperar el apoyo público para conquistar la isla que no tenía ningún valor alguno, pero sí valor patriótico. Pero también sabíamos que si no lo hacíamos, la gente nos consideraría los traidores y ellos los buenos. Fue un infierno moral.»
A continuación relata cómo llegaron a la isla (que estaba oficialmente en posesión de Gran Bretaña) y la ocuparon sin ninguna resistencia. Él utiliza las mismas palabras, como corderos de sacrificio, pues al encontrarse con los británicos todo se convirtió en un caos absoluto y una carnicería. Hubo mucho fuego de los ingleses y por eso los demás argentinos no notaron las naves (Ovnis) o lo hicieron pero pensaban que eran alucinaciones a causa del miedo, pero ambos lo vimos, recuerda, refiriéndose a su compañero Pedro Escalante, que recientemente murió de causas desconocidas. “Todos estábamos disparando como locos, pero casi nunca golpeábamos algo, pero cuando llegué a casa y escuché el número de ingleses muertos, sabía que lo que habíamos visto era real,” añadió.
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