Publicidades atractivas,nos mantienen resignados con facturas excesivas.
¿Burlas? Aquí va una lista:
Las sobre retribuciones,
extrañas amortizaciones,
el mercado mayorista,
caprichosas concesiones,
término fijo de potencia,
pingües indemnizaciones
y alguna otra indecencia.
Hay peajes sospechosos,
subastas que son rifas,
ajustes bochornosos,
un irreal déficit de tarifa
e impuestos onerosos.
Conceptos y sinrazones,
que nos dejan sin camisa;
pero generan comisiones.
Con ahorro, bicicleta,
y eficiencia en consumo,
poco resto yo a esta treta.
Tras las cortinas de humo,
disfrutan muchos jetas
de favores taciturnos
y de leyes indiscretas
de los gobiernos de turno.
Livianas puertas giratorias
nos convierten en paganos
de sinecuras y vanaglorias.
Con fiascos pergeñados
dirigentes sin memoria,
nos provocan menoscabo
para lucrativa gloria
de valores cotizados.
Y se impone, inexorable,
una normativa patética:
Frenar a las renovables,
un impuesto al sol sin ética,
nucleares prorrogables,
quema de fósil frenética,
retroactividad deplorable,
y pobreza energética.
¿Dónde el interés general?
¿Y la razón de Estado?
¿Quién se lucra sin cesar?
¿Responsables destacados?
Tribunos sin ningún pesar
y oligopolios asentados.
Plumas lacayas les besan,
para tenerlo todo atado.
¿Quieres algo diferente?
Deja de ser manejable.
No te quedes indolente
frente a lo inaceptable.
¡Qué produzca ya la gente
y con fuentes renovables!
Limpias, seguras, razonables.
¡Un nuevo modelo es urgente!
Porque vamos… a contracorriente.