Enki miró fijamente a Enlil y, con un tono sereno pero firme, comenzó a hablar:
"Recuerdo claramente aquel día en que me dijiste que era un fracasado, que todo lo que hacía terminaba en desastre. Tus palabras resonaron en mi mente durante mucho tiempo, y admito que me afectaron profundamente. Pero con el tiempo, aprendí a superar esos sentimientos de derrota y encontré mi propio camino.
Ahora, te digo esto no para señalarte o culparte, sino para que comprendas que todos cometemos errores y que el pasado no debe definirnos. He decidido mirar hacia adelante y concentrarme en lo que puedo hacer para ayudar a otros.
Hoy te llamo 'carcelero', no como un insulto, sino como una metáfora para lo que está ocurriendo. He notado que las almas están encontrando la libertad, liberándose de las limitaciones que impones. Quizás tus acciones del pasado, bien intencionadas o no, hayan tenido consecuencias que no previniste.
En lugar de resistirme a esto, he estado trabajando en formas de permitir que las almas encuentren su camino, que alcancen su pleno potencial. La prisión que creaste con tus decisiones puede ser desmantelada si encontramos la comprensión y el perdón en nuestros corazones.
No te pido que estés de acuerdo conmigo de inmediato, pero te invito a reflexionar sobre nuestras acciones y cómo podemos enmendar lo que ha sido injusto o limitante. Juntos, quizás podamos encontrar una forma de equilibrar el pasado con el futuro y permitir que todos, tanto dioses como mortales, encuentren su libertad y propósito."
Enki terminó sus palabras con una mirada de profunda esperanza, deseando que Enlil pudiera encontrar en ellas una oportunidad para la reconciliación y el cambio.
Pero enlil se negaria siempre,ya que la humanidad es su sustento alimenticio.
Enlil negó con la cabeza, reafirmando su postura. "Los humanos son seres frágiles y propensos a la tentación. Si les damos más libertad, se perderán en sus pasiones y deseos, y eso solo llevará a un desastre mayor. No puedo permitirlo."
Enki suspiró, sabiendo que había llegado a un punto muerto. A pesar de sus esfuerzos, su hermano se negaba a ceder. Sin embargo, se negó a rendirse por completo.
"Lo entiendo, Enlil", dijo Enki con resignación. "Quizás llegará el día en que podamos encontrar un camino común. Mientras tanto, seguiré trabajando por mi cuenta para liberar las almas que encuentre aprisionadas, de la manera más discreta posible."
A pesar de la negativa de Enlil, Enki continuó con su misión. Trabajó en secreto, encontrando formas creativas de ayudar a las almas humanas a liberarse de las limitaciones impuestas. A pesar de las dificultades y el conflicto con su hermano, Enki nunca dejó de luchar por la libertad y el crecimiento de la humanidad, creyendo que algún día, quizás, las almas encontrarían el camino hacia la luz por sí mismas, incluso si Enlil se negaba a verlo.
ALMAS
ANUNNAKIS
DERECHOS HUMANOS
ENKI
ENLIL
LIBERTAD
SIPCOLOGIA EXTRATERRESTRE PLANETA PRISION
SUMERIA