Quizás inspirándose en las hormigas, en la región de la Capadocia (Turquía) existen, según los expertos, desde hace unos 10.000 años, variasCIUDADES SUBTERRÁNEAS. Las características geológicas del lugar así lo han permitido, ya que el material predominante es la “toba calcárea” que es lo suficientemente débil para permitir que el ser humano escarbe en la roca para construir espacios habitables.
Otro ejemplo de construcción bajo tierra, pero mucho más reciente en el tiempo, son las casas o REFUGIOS ANTI-CATÁSTROFES pensados para vivir en ellos para cuando llegue el FIN DEL MUNDO.
Varios países de centro y sudamérica han mostrado interés por la construcción de estos refugios, y según el empresario que ideó el proyecto, Robert Vicino, tiene miles de solicitudes. La concepción de su idea es montar una “moderna Arca de Noé” consiguiendo tanta diversidad y habilidades como sea posible para que las comunidades elegidas puedan ayudarse unas a otras, y pensar que la historia no se repetirá o que la Tierra no experimentará catástrofes naturales o provocadas por el hombre es de mentes cerradas. Si finalmente el mundo no se acaba en diciembre, hay otras catástrofes pendientes, como la que ocasionaría la colisión de la Tierra con el asteroide Apophis en 2029. La próxima generación humana emergerá del subsuelo para reconstruir el mundo.
El arquitecto dice que su primer búnker fue una ganga, pero los precios han aumentado diez veces desde entonces. Los precios, todos en subastas, han oscilado entre 100.000 euros y 400.000 euros. Algunos búnkers se han transformado en viviendas, pero otros se han convertido en estudios para ensayos de música ya que sus gruesas paredes amortiguan el sonido de algunos instrumentos ruidosos como la batería, y otros, adquiridos por coleccionistas, son usados como el lugar más apropiado para guardar obras de arte por su seguridad y mantenimiento de la temperatura.
Y, finalmente, si sólo queréis tener una corta experiencia bajo tierra, podeis ir a correr en un circuito subterráneo montado en una mina. En la población alemana de Sondershausen hay una mina de sal a 700 metros de profundidad en la que se celebra, desde 2002, el único y extraño evento deportivo del mundo que se corre completamente bajo tierra. Es la UNTER-TAGE MARATHON, la maratón a más profundidad del mundo. Correr una maratón bajo tierra es una experiencia muy diferente a correr en la superficie. La carrera consiste en completar cuatro vueltas a un laberinto de tenebrosas galerías que a modo de circuito irregular y difícil suma 10.500 kilómetros, hasta 2.480 metros de desniveles entre subidas y bajadas. Se sube y baja unos 210 metros en cada vuelta.