BUNKERS DEL MUNDO PARTE 1


Quizás inspirándose en las hormigas, en la región de la Capadocia (Turquía) existen, según los expertos, desde hace unos 10.000 años, variasCIUDADES SUBTERRÁNEAS. Las características geológicas del lugar así lo han permitido, ya que el material predominante es la “toba calcárea” que es lo suficientemente débil para permitir que el ser humano escarbe en la roca para construir espacios habitables.
Ciudad subterraneaLa situación geográfica de Capadocia la hizo encrucijada de rutas comerciales durante siglos, y también objeto de continuas invasiones. Los habitantes de la región construyeron refugios subterráneos (ejemplos que pueden ser visitados son las ciudades de Kaymaklı y Derinkuyu), donde ciudades enteras podían refugiarse en el subsuelo y subsistir durante muchos meses sin arriesgarse de salir al exterior. Estaban construidas en varios niveles que en Derinkuyu llegan hasta 20. Tras las galerías subterráneas, surgen diversos niveles perfectamente diseñados según sus necesidades, así hay niveles en los que se encuentran alojamientos para familias completas y sus animales domésticos, más un almacén para alimentos, además de establos, comedores, cocinas, prensas para el vino y el aceite, bodegas, panaderías, pozos de agua… y otro nivel destinado a la comunidad con zonas de servicios comunitarios, escuelas y tabernas.
Ciudad subterraneaTodo lo necesario para albergar poblaciones que podían llegar hasta 20.000 habitantes. Disponían de sistema de megafonía, que les permitia comunicarse por toda la ciudad y todo un complejo sistema de ventilación a modo de aire acondicionado que aseguraba una circulación constante de aire en todas las plantas y mantenía una temperatura estable en cualquier época del año de entre 13 y 15 ºC. Un río subterráneo proporcionaba el agua, y se construyeron canalizaciones y redes de saneamiento. Y a partir del tercer nivel, la ciudad se convertía en fortaleza para protegerse de agresiones externas con complicados mecanismos hidráulicos de cierre de gruesas y pesadas puertas. Además, hay cementerios y túneles que comunican las ciudades entre sí.

Otro ejemplo de construcción bajo tierra, pero mucho más reciente en el tiempo, son las casas o REFUGIOS ANTI-CATÁSTROFES pensados para vivir en ellos para cuando llegue el FIN DEL MUNDO.
BunkerEs evidente que las numerosas profecías sobre el supuesto fin del mundo que algunos opinan que ocurrirá el 21 de diciembre del 2012 (basándose en interpretaciones de los Mayas), sumadas a las amenazas terroristas y tensiones bélicas en distintos puntos del planeta, tienen nerviosos a varios habitantes del planeta, sobre todo norteamericanos, donde una compañía llamada “Vivos” ha puesto a la venta 4.000 espacios en sus 20 refugios anti-catástrofes. Aunque alguien pueda pagar su elevado coste (50 mil dólares por adulto) el comprador tendrá que someterse a unas pruebas para demostrar que podrá aportar algo a la humanidad para cuando llegue el esperado apocalipsis. Solo así optará a este refugio construido a 10 metros bajo la superfície de la tierra, resistente a un ataque nuclear, lluvia de asteroides o cataclismo que acabe con el resto del planeta, con comida, agua potable, medicinas y comunicación con el exterior. Todos estos refugios son secretos e independientes, y constituyen auténticas fortalezas herméticas, blindadas y diseñadas con servicios como biblioteca, gimnasio, teatro o salón de conferencias.
Varios países de centro y sudamérica han mostrado interés por la construcción de estos refugios, y según el empresario que ideó el proyecto, Robert Vicino, tiene miles de solicitudes. La concepción de su idea es montar una “moderna Arca de Noé” consiguiendo tanta diversidad y habilidades como sea posible para que las comunidades elegidas puedan ayudarse unas a otras, y pensar que la historia no se repetirá o que la Tierra no experimentará catástrofes naturales o provocadas por el hombre es de mentes cerradas. Si finalmente el mundo no se acaba en diciembre, hay otras catástrofes pendientes, como la que ocasionaría la colisión de la Tierra con el asteroide Apophis en 2029. La próxima generación humana emergerá del subsuelo para reconstruir el mundo.
Bunker convertidoPero si no deseais ser uno de los elegidos para repoblar la Tierra y quereis experimentar la sensación de vivir bajo tierra, también es posible hoy día. Aunque parezca increíble, los BUNQUERS que alguna vez fueron refugios de soldados nazis durante la 2ª Guerra Mundial en Alemania, ahora están a la venta. En Bremen (Alemania), el arquitecto alemán Rainer Mielke es el pionero en el arte de convertir las sombrías estructuras en brillantes espacios para vivir o trabajar. En un principio, lo tacharon de loco, pero poco a poco fue convenciendo a las autoridades para empezar a aprovechar esos grises bloques sin ventanas y liberando al estado de su mantenimiento permitiendo la venta de algunos. Sólo 50 de los búnkeres se han vendido hasta el momento. Las primeras conversiones han demostrado que, con la imaginación y la experimentación, estas enormes cajas sin ventanas, con gruesos techos de 4 metros de espesor pueden convertirse en espacios sorprendentes para vivir.
El arquitecto dice que su primer búnker fue una ganga, pero los precios han aumentado diez veces desde entonces. Los precios, todos en subastas, han oscilado entre 100.000 euros y 400.000 euros. Algunos búnkers se han transformado en viviendas, pero otros se han convertido en estudios para ensayos de música ya que sus gruesas paredes amortiguan el sonido de algunos instrumentos ruidosos como la batería, y otros, adquiridos por coleccionistas, son usados como el lugar más apropiado para guardar obras de arte por su seguridad y mantenimiento de la temperatura.
Y, finalmente, si sólo queréis tener una corta experiencia bajo tierra, podeis ir a correr en un circuito subterráneo montado en una mina. En la población alemana de Sondershausen hay una mina de sal a 700 metros de profundidad en la que se celebra, desde 2002, el único y extraño evento deportivo del mundo que se corre completamente bajo tierra. Es la UNTER-TAGE MARATHON, la maratón a más profundidad del mundo. Correr una maratón bajo tierra es una experiencia muy diferente a correr en la superficie. La carrera consiste en completar cuatro vueltas a un laberinto de tenebrosas galerías que a modo de circuito irregular y difícil suma 10.500 kilómetros, hasta 2.480 metros de desniveles entre subidas y bajadas. Se sube y baja unos 210 metros en cada vuelta.
Carrera bajo tierraLas condiciones son extremas, en el interior de las galerías el termómetro oscila entre unos 25 y 30 grados tropicales cargados de un 40% de humedad. Lo bueno de este recorrido es que meses antes ya conoces la predicción meteorológica para el día de la carrera porque ni te nevará ni te lloverá por mal tiempo que haga, porque seguro que en el exterior están a 0ºC ya que la carrera se realiza en diciembre. Además, como medida de seguridad, la organización de la maratón obliga a cada corredor a portar casco protector. Es difícil entender por qué los corredores asumen el riesgo de condiciones tan peligrosas, pero si les preguntas todos dicen lo mismo: ”Es un atractivo, aunque sea como estar en el infierno, es la carrera más dura del mundo. Quien puede decir que ha corrido una maratón a 700 metros de profundidad.

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