La sabatina noche converge ígnea y desabrida estela,
cuán bruja me poso ilustrando misterioso ,
cual efímero yerto admira.
La sabatina noche, que infausta derriba designio,
mientras, un ligero sonido,
una congénita melodía, es lábil su canto,
impregnando oscura su presencia,
es la soledad aneja heraldo,
que rasgando conmemora en mí,
un superlativo desaire atribulado.
La sabatina noche de luna perdida
suelta consigo un aroma,
erradica exánime la certeza de mi existencia,
envuelve inefable la carne que sostiene mi osamenta.
La sabatina noche que vitupera el efluvio,
atufa el vaho extendido a mis pies,
plasmando consigo mí fenecer.
La sabatina noche que profetiza languor a mi ánima,
extiende conturbada su sombra,
socarra mi nefasta mirada.
Esa sabatina noche de luna plateada,
la que hiere alguna de mis noches y que mitiga sin ser deseada.
impregnando oscura su presencia,
es la soledad aneja heraldo,
que rasgando conmemora en mí,
un superlativo desaire atribulado.
La sabatina noche de luna perdida
suelta consigo un aroma,
erradica exánime la certeza de mi existencia,
envuelve inefable la carne que sostiene mi osamenta.
La sabatina noche que vitupera el efluvio,
atufa el vaho extendido a mis pies,
plasmando consigo mí fenecer.
La sabatina noche que profetiza languor a mi ánima,
extiende conturbada su sombra,
socarra mi nefasta mirada.
Esa sabatina noche de luna plateada,
la que hiere alguna de mis noches y que mitiga sin ser deseada.
