En la penumbra del olvido.
En la distancia del no tiempo.
Te veo...
Aún mis presurosas manos intentan sin piedad,
llegar hasta tu morada...
y viajando como una gota de rocío en una tarde primaveral,
mimetizar ese susurro que me aferra a tu cuello.
¿Aún crees en este amor que te profeso?
Culmen de mis temores serás para siempre,
más en el momento mismo en que nuevamente desfallezco,
mi escencia,
mi ser,
mi vida y mi alma,
se sumergen en un enigma,
tan ajeno y familiar,
como esta maldita condena eterna
de permanecer en la penumbra.
Pequeñas chispas manan en este mundo,
mi mundo.
Mi alma liberarás de ese sufrimiento.
No temas nunca, oh amado mio,
la condena ya ha sido culminada
Ahora, tan solo moriré por tu amor...
que atraviesa mi corazón... como una cruel estaca.
Regálame tan sólo una sonrisa
y un beso en esta despedida,
que tras la próxima letanía
retornaré a tu guarida.
No lo olvides... espera por mi en la ventana de tu vida.
mimetizar ese susurro que me aferra a tu cuello.
¿Aún crees en este amor que te profeso?
Culmen de mis temores serás para siempre,
más en el momento mismo en que nuevamente desfallezco,
mi escencia,
mi ser,
mi vida y mi alma,
se sumergen en un enigma,
tan ajeno y familiar,
como esta maldita condena eterna
de permanecer en la penumbra.
Pequeñas chispas manan en este mundo,
mi mundo.
Mi alma liberarás de ese sufrimiento.
No temas nunca, oh amado mio,
la condena ya ha sido culminada
Ahora, tan solo moriré por tu amor...
que atraviesa mi corazón... como una cruel estaca.
Regálame tan sólo una sonrisa
y un beso en esta despedida,
que tras la próxima letanía
retornaré a tu guarida.
No lo olvides... espera por mi en la ventana de tu vida.
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