BUSCANDO EL CRIMEN PERFECTO



Al son de tus gritos me muevo...

Soy la aflicción de tu piel, ¡Soy yo de nuevo!
¿Acaso no me reconoces?
¡No finjas demencia, deja ya esas poses!

Ayer desgarré una de tus venas,
la utilicé para atraer a mi guarida a las hienas.
No comprendo tu necedad
supongo que es tu razonamiento, llegando a la ancianidad.

¡Ven, acercate!... 
Mira dentro de mis ojos,
no pienses que puedes huir muy lejos.
Duerme, duerme apacible y sueña
que tus sueños, son para mí más leña.

Sí por las noches sintieras 
escalofríos con cuchillas afiladas tu cuerpo cortando,
¡No te hieras!
no te desesperes, deja que sigan andando
¡No respires!
deja que tu sangre apacigüe los aires...

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