Teñido en sangre fresca
Vivo en lugar de silencios
Moviéndome como sombra
Siempre acompañado por ojos carmesí
Que brillan con los reflejos de la luna
Un deseo atraviesa mi sueño
Despierto hambriento de sangre
Escucho esa voz, Desciende
Sumido en éxtasis
Debo creer que la noche no tiene límites
Soy una bestia sedienta de sangre
Mi deseo enloquecedor me nubla
No oigo el grito de gargantas, Muerte
No veo las afiladas garras que relucen brillantes
Una angustia obscena me atormenta
Desgarrando el silencio de la noche
Con gritos que perturban el alma de los vivos
El dulce aroma a sangre se entreteje en mi aliento
Flotando en el aire llena mi noche de éxtasis
Altivo saboreo la eternidad y mi soledad
Cerca del blanco cadáver ya sin vida
Rojas gotas de mis labios manchados caen
Descendiendo, hundiéndome en pecado
Derrama sangre hasta llenar este cáliz
Los gritos resuenan esta noche