Y es en este amanecer en el que lloro,
No lloro como antes,
Hoy, estas lágrimas tienen otro sabor,
Otro sentido y otro fin
Miro la tierra y me miro en su reflejo,
Me pierdo en su infinidad con respeto,
Me siento indigno al tocarla,
Me siento etéreo al sentir su calor
Siento la segunda lágrima,
Percibo un sufrimiento ajeno,
Un miedo eterno,
Tan antiguo como el primer dios
La tercera lagrima,
Mi última lagrima,
Recorre mi espada y mi alma,
Me hace empuñarla para esta
Legendaria batalla,
La única guerra que no debe acabar,
El único grito que no se debe callar,
¡Libertad!