DEPURAR NUESTRA CARNE

Con sangre del alma
goteando ligera y dolida
en líneas que no terminan
de descubrir el sentido por el
que muchos sucumben para abrir
la puerta de un laberinto.
Foto

Con sangre del alma
nos hemos abandonado a
depurar nuestra carne
reviviendo la flama de un misterio.

Con signo de luz
hemos postrado nuestra
sequía para acceder al santuario,
ese santuario que pocos saben limpiar
y conciben visitar para ofrendar
lo más querido.

Existe una avecilla peregrina
y mensajera; todos la escuchan,
pocos interpretan su visita en
las noches meditabundas y
perfumadas con la devoción
de las flores que marchitan.


Con sangre del alma
se cierra estas páginas
delatoras que hacen parte del todo en la nada
.

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