SANGRIENTA POESIA



Llamas... fango y desolación,
destrucción serena,
que arrebata mi poesía,
con la emoción plena,
de gozar con la saña...

Cuerpos decadentes,
pudriéndose al sol,
ríos de sangre,
que sea la masacre,
entre pétalos de rosas,
entre gusanos carroñeros,

¡Río ante mi obra!
¡Macabramente exquisita!

Cuando castillos creo,
al poner sus huesos sin carne,
para formar mis esculturas,
mientras los cuervos terminen,
arrancando los ojos a los vivos,
que de todas maneras,
¡No les sirven!

Cabezas en picas,
con las moscas arremolinadas,
mientras toco mi lira,
para entonar bellos versos,
que la muerte desista,
a llevarme con ella,

Si aquí están miles,
para ocupar su tiempo y pena,
que yo seguiré mi poema,
entre sangre y espadas,
masacrando inocentes,

¿Quien realmente lo es?

¡Arrasaré con el mundo!
¡Violaré a sus esposas!
que al fin... al infierno ya he ido,
nada me importa...

Solo la belleza de una nota,
la sublimidad de mi canto...
que quede en este poema...
la extinción de un pueblo...

¡Entre gritos!
¡Entre lágrimas!
¡Entre susurros y penas!

¡Sinfonía de destrucción!
¡Poema de amor corrupto!
Con sangre en mi copa,
con vino en mis entrañas,

Brindo por... la muerte...
brindo por... los caídos,
brindo por... los cobardes,


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