Introducción a esta casa de silencio.
Y ocurrió que en cierta ocasión
encontré una guarida
donde mi inseguridad fue mi sustento,
mi temor fue mi cobijo,
mis miedos fueron mi compañía
y mi timidez la puerta que me ocultaba.
Mis defectos hicieron las veces de armas
y mi alma, aunque no era feliz
se sentía un poco en paz.
Y en tiempos posteriores
ocurrió la sublimación de mi espíritu
y la luz traspasó el techo de mi caverna.
Y abrió un paso hacia un campo inmenso de azul,
y al salir
observé con despiadado asombro
que aquella caverna que me había conservado
era, sencillamente
de MADERA.