El cielo se tornó gris, un toque rojo, otro azul por ahí
las montañas se enfurecieron, de los vientos huracanes salieron
de los volcanes llamas euforicas,
de la tranquila mar maremotos sin misericordia
de la tierra temblores enormes,
que desbordaban al mundo con su andar uniforme.
En el cielo, -¡si en el cielo!-, ¿qué es eso?, un resplandor viene cayendo
se divisan figuras, se asemejan varias otras
colores aparecen, rojos sangrientos, blancos como el viento
matices y más matices, ¿nada más, sólo matices?
no me parece posible, no es para mi perceptible
menos para este mundo, expectante por este acaecimiento
que de mucho les puede servir, si aprende a mirar sin miedo.
La figura cayente comienza a tomar forma,
pero la atmósfera le juega naturalmente,
su figura arde en llamas como nunca o siempre
la gente se atemoriza…¿es un meteoro o una nave nodriza?
muchos corren, otros gritan, unos callan, unos pocos sólo sufren
creen que es el fin del mundo, el fin de su terrenal vivir
que de nada les hizo servir, tan solo hacerlo sufrir
y aprender a temer, en especial al concepto de morir.
El objeto ha caído, lejos de aquellos lejos del mundo,
entre cerros, entre climas alejados
bañados de la natural ecosistema del vivir, de la naturaleza por sobre si
donde nada humano hay, sólo lo animal, vegetal, o cual sea en viviente tal
que no poseen conciencia ni menos inteligencia en el actuar
sólo sentir, sólo caminar, sólo vivir.
Cercano a su ser se logra pupilar bien
de esencia humana, de belleza plumífera, de cuerpo varonil, de astral vivir
de doloroso caer, de ardiente doler
un ser extraño se logra ver, un ente inalcanzable para manos humanas
creado por esencias divinas, de misiones astralmente milenarias
de religiosa displicencia, de elegante reminiscencia
es un ángel, un ángel caído
¿qué hiciste hijo de cuerpo frío?
para merecer tocar este suelo tan podrido.
De piadosa esencia, de limpia conciencia
¿en qué caíste para bajar a este existencia?
como pecaste para que tus alas se rompan en la efervescencia
te destruiste por mal obrar, hijo de lo purísimo, guardián de bien ante el mal
que has decidido atormentar tu paladar,
con tal de sentir lo que es actuar y pecar.
De fuerte corazón, de saludable compasión,
compadécete de ti mismo,
ahora tú necesitarás ayuda para salir de este abismo
los humanos te temen, juran que eres un meteorito
que eres el fin del mundo, el final de todo un mundo con prejuicios
te encuentras sólo entonces, al que ayudabas antes, no te ayudará ahora
¿buscaras salida ángel de ultramar? ¿o perecerás hasta ya no más dar?.
surgen posibilidades, grandes de polos laterales cercanas a la soledad,
limpia y eterna, tranquila pero severa
que te castigará con tu compañía, te alegrará con su momentánea huida
pero siempre volverá, para ser tu pesadilla
y tamben está la escoria del mundo infernal
que no de mucho castigará, si te acostumbras a un mundo de tanto mal,
que poder te dará, y la compañía de todo un ejercito infernal
pregunto yo y pregúntate tu ¿ahora que harás?.