DESTRUYENDO LA INOCENCIA




Vi sangrienta y sin mesura
la crueldad desnuda y cruda,
destruyendo la inocencia
y excitando la locura.

Vi clamor y sufrimiento
y el dolor más cruel e intenso,
y escuché una voz gimiendo
en el ruego más siniestro.

Vi unas manos mutiladas,
y caderas fracturadas,
vi de un vientre derramadas
las entrañas cercenadas,
por las bombas invasoras.



Rostro y pecho destrozados,
pierna y brazo desgarrados,
y ante el cuadro tan macabro
al sayón regurgitado.

Tras el paso de las horas
y al hedor de aquel aroma
vi la danza de las moscas,
y el buffet de mil gusanos
sobre el caldo putrefacto
de la carne de mis hermanos.






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