Camina la chica misteriosa
con su abrigo negro, por
las calles del berlín abandonado
y sombrio, una rosa y un rosario
que la guarda del viento desperdiciado.
Y llega a la gótica catedral
plasmada de sombras, de bien
y mal, las gárgolas murmuran
su final destino, las nubes
se acercan a ver la situación
entonces el cielo ha entrado
en depresión.
Colmando a la chica siniestra
de llantos que huelen a muerte
bajo la tempestad europea
otra vez el cielo es bipolar
la rosa es una daga, frente
a la iglesia apuñala su
corazón azulado, bajo
las gotas de sangre transparente
bajo el otoño puro, del berlín oscuro.
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