Durante el fin de semana el templo de la Primera Iglesia Metodosita -ciudad de Buenos Aires- sufrió destrozos, en tanto que en Córdoba delincuentes le prendiron fuego a las puertas de una Capilla del Monte y se llevaron las reliquias. Tres ataques más sucedieron en la Iglesia de San Ignacio de Loyola (Buenos Aires), en un templo metodista de Rosario y en la Catedral de Mar del Plata.
El último ataque se conoció el domingo y es el que sucedio en la iglesia de San Antonio de Padua, en la ciudad cordobesa de Capilla del Monte. En esta oportunidad, un grupo de desconocidos incendió un confesionario, además de las puertas de la iglesia, destruyeron una pequeña capilla, robaron copones, imágenes y rompieron un Cristo de tamaño natural.
Además, los delincuentes dañaron un órgano de tubos de 1882 que había sido restaurado hace dos años, y dejaron "mensajes": invirtieron la cruz del altar y voltearon sillas, según publicó Infobae.
La policía sospecha que la profanación ocurrió entre las 16 y las 18 hs del domingo, mientras una fuerte tormenta abatía la ciudad.
Comunicado de la Iglesia por las agresiones
El Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (CALIR) manifestó hoy su "profundo pesar e indignación" por la profanación del templo metodista de Buenos Aires y la sucesión de hechos vandálicos en iglesias católicas, al tiempo que reclamó a las autoridades la investigación de estos hechos.
"Ante una nueva manifestación de odio antirreligioso, el CALIR considera necesario alertar a las autoridades y a la comunidad recordando que en las últimas semanas se registraron hechos similares contra templos de esta misa y de otras confesiones", expresó en un comunicado.
El CALIR pidió a las autoridades una "pronta y eficaz investigación de los responsables de éste y de los anteriores hechos vandálicos cometidos contra templos y lugares de culto –aún impunes-, y a otorgar a ellos la protección de hecho y de derecho que merecen".
El mensaje lleva la firma del presidente de CALIR, Octavio Lo Prete y el secretario Ricardo Docampo en el que se explica que "la sucesión de hechos tan deleznables debería ser enfocada como síntoma incipiente de descomposición de un valor constitutivo de nuestra identidad nacional: el respeto absoluto de la libertad religiosa", según Noticias Argentinas.
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