CIUDAD LUTO



La ciudad se vistió de negro
y todo hombre, joven o viejo
endureció su corazón
hasta hacerlo de hierro.

Sus rostros húmedos, ardieron
y quemaron cómo fuego.
Lloraron por un mañana solitario
y por despertares vanos y amargos.

Alzaron sus miradas al cielo que llora
por los niños que duermen en el infinito.
Rezaron a cada santo y cantaron cada salmo,
buscando resguardo y cobijo en el profundo abismo.

Velaron, vestidos de negro sufrimiento
por los niños y los amigos caídos
y oraron desesperados a un Dios
que les dejó en el olvido.

La ciudad de luto
marchó sobre el pavimento
y bajo el cielo nocturno,
buscó luz
en su momento más oscuro.


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