Es increíble como el sufrimiento
puede llegar a consumirte,
te consume de tal forma que evitas contacto social
para hundirte en las lágrimas del dolor.
Era una pérdida que se esperaba,
pero nadie veía su llegada.
Fue arrebatado de la tierra
cual rayo cae durante la tormenta sin avisar.
De un golpe cayó
en un profundo sueño,
ya no le veremos jamás.
Ahora solo está en la oscuridad
junto a la humedad,
esperando que los años hagan desaparecer su rastro
para que nadie lo encuentre jamás.
Un vacío inmenso dejó.
Minutos antes de su ida
un descontento ocasionó.
Cuan arrepentida me siento, por mi culpa murió.
Su cariño incomparable
no volveré a tener,
era parte de mi vida,
mi amigo fiel.
Lo amo tanto y adiós no le pude decir,
ahora sólo queda guardarlo
en mi mente hasta el final,
y esperar en algún momento volvernos a encontrar.
¿Por qué te fuiste
así sin despedir?
¿Por qué tan pronto
te fuiste a dormir?
Mi corazón te extraña
y no te olvida,
eras parte de mi mundo.
Me viste como niña
y volverme mujer.
Le pido a Dios que te ame
como lo hice yo en lo terrenal,
es tan duro no volver a verte,
ni abrazarte más.
Es hora de dejarte ir
y permitir que descanses en paz;
sin embargo, esto no significa
que te dejaré de pensar.
Fue una muerte dura,
no lo voy a negar,
pero estas cosas son normales,
hay que saberlas aceptar.
Eso dicen en la calle,
pero no lo puedo confrontar.