Oh, tu, gran señor del misterio
el verdadero dios de la fecundidad
al que le dieron imagen de Pan
con un alma indefinible e indestructible...
Por favor, acepta el brindis
que esta noche levanto en tu honor.
Las cortinas se deslizan lentamente
para ocultar la luz del sol
para que brindes a nuestro lado
oh, de los herejes señor.
Afuera, a lo lejos del recinto
cerca de la costa rojiza
se escucha una fiesta
en tu honor... de lo humano señor.
Las llamas danzan
al son del viento
la ciudad santa
sabe de nuestro encuentro.
Envidian, que mas...
envidian el placer
de contigo brindar.
Y las cortinas se recorren
sirven el vino y las ostias
en tu honor brindan ahora!
oh, de lo humano señor.
La luna se mueve lentamente
se esconde se va
de nuestra mente,
es hora,
de que partas a la vieja Carcaf
para con otros brindar...
OH, señor y dueño
de todos mis sueños.