Ven a morir entre mis brazos…
Abandónate a mi amor,
a la dulce sensación
de tu aliento
fundido
en mi respiración.
Deja que la vida
se te escape…
No temas…
Que yo a tu lado
sostendré tu mano,
beberé tus lágrimas,
haré mío el calor de tu cuerpo,
te abrazaré hasta el último latido.
La oscuridad nos espera…
Tú serás la altiva reina,
que reclame para sí
la muerte y la vida.
Yo soy tu más fiel amante…
Tu maestro.
Tu creador.
Aquel que te guía
en los secretos de la sangre…
Nacerás otra vez…
La noche será tu hogar,
la sed será el precio a pagar
por la inmortalidad…
Por siempre bella.
Por siempre joven.
Ven a morir entre mis brazos…
Y conocerás el máximo de los orgasmos,
beberás de mi sangre.
Serás mi novia carmesí
hasta el fin de los tiempos…