Dos gemidos de un dios que ya no me quiere,
dos besos al partir de mi mujer que me olvida,
dos tragos de vodka para apagar todo lo que duele,
dos veces pensando quizás en como terminar con mi vida.
Viendo al tiempo muriendo en mis muñecas ya quietas de poder,
traspasando historias mías, frente a caras desconocidas,
gritos, puños, palos, todo que se cruza en el camino y te quiere joder,
y un muy mal par de zapatos que me acompaña en las corridas.
Compañeros que siguen en mi vida anterior y los cruzo por las drogas,
chicas con caras olvidadas que reclaman manutención por algún motivo,
camas frías que de a poco se van llenando de extrañas locas,
problemas causados por diversos motivos, por no ser abstemio de lo jodido.
Odios plantados, promesas de muerte cosechadas,
me quieren ver muerto, comida diaria de mí podrido gourmet,
hoy cuanto quiero volver a tener muchas cosas desechadas.
Me extraño a mí mismo, me fui de mis manos, me olvide de mis huellas,
me escondí en mis miserias, fui perdiendo el semblante, también mi belleza,
fui testigo de un caos que solamente yo mismo sentí, vi las estrellas,
las estrellas que iluminan cuando muy solo en soledad te encuentras…
Me hice cargo de cosas, pero negué mil cien veces a un Cristo,
tal vez me excedí demasiado en putear su cara, tal vez exista,
quizás me equivoque y blasfeme sus movidas, pero igual insisto,
cuando la voz del infierno me llame recurriré de nuevo a su cripta.
Cediendo mis cosas a alguien, no quiero estar metido en nada en mi partida,
y si aun no llega ese final, quiero estar libre para seguir andando,
siempre corriendo en colinas, al descuido, al acecho de encontrar mi caída,
siempre sabiendo que aunque me desligue de todo muchas cosas seguiré cargando.
Y esos nudos mentales, mochilas cargadas de pensamientos de mierda,
nunca, ni hoy me llevan a nada, pero no me aflijo en mis sentidos,
jamás podré saber si lo que hoy estoy haciendo tiene partes ciertas,
solo sé que todo esto es muy fuerte, aunque lo sepan todos los que han vivido…
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