EL FILO DE LA LUNA



Los dioses no piden un gato

ni sangre de cordero,

piden algo que razone

aunque sea un perdido

que al mundo estorba,

un limpiaparabrisas

que afea en las calles,

ellos no se quieren,

es sencillo traerlos,

convencerlos de que se tomen una pastilla

olvida penas.



En el delirio te verán aparecer

elegantemente,

con la indumentaria divina,

hablando cosas ininteligibles para ellos,

mientras la luna echa filo

hace llorar una yugular,

y das gracias

por tener un elemento indispensable

para el ritual.

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