Cuando cambia la estructura de las partículas de luz, éstas no recuperan necesariamente su velocidad máxima, según un nuevo estudio.
Las partículas de luz alcanzan los 299.792 kilómetros al segundo, lo que se conoce como la velocidad de la luz. Estas partículas suelen ralentizarse cuando encuentran obstáculos como agua o vidrio. Y aunque al salir de estos ambientes la luz recupera su velocidad, un nuevo estudio publicado en la revista 'Science' parece haber encontrado una excepción, ya que, al parecer la luz no alcanzará su velocidad máxima si la estructura de sus partículas cambia.
Una simple lupa puede cambiar la estructura de la luz, explican los autores del estudio. La lente reúne la luz dispersa en un punto, y durante los experimentos los científicos lograron aislar el efecto a través de un tipo de lentes llamadas "máscaras".
Daniel Giovannini, científico de la universidad de Glasgow, Reino Unido, y uno de los autores del estudio asegura que la excepción no contraviene las leyes de la física. "Es perfectamente coherente con nuestro entendimiento de cómo funciona la luz y la mecánica cuántica", dice Giovannini.