PARTE I - CAP 6 - EL DESTINO DE LOS Nungal Y DE Sa'am-Enki

"Cuando los dioses tenían la tarea del hombre, soportaron la carga y realizaron el trabajo, el fastidio de los dioses era grande, el trabajo era pesado, la angustia era inmensa. Los grandes Anunnaki impusieron a los Igigi (Nungal en sumerio) una tarea séptuple... Según lo acordado, los grandes dioses habían tirado a suerte sus partes: Anu se unió a los cielos, Enlil había tomado la tierra por dominio y los mares, encerrados como por una barrera, habían sido dados a Enki, el príncipe. Cuando Anu se hubo remontado al cielo, los dioses del Apsu (Abzu) descendieron; los Anunnaki celestiales impusieron a los Igigi las obligaciones. Estos dioses comenzaron a cavar ríos, a abrir los canales... De esta manera, ellos cavaron el río Tigris y también el Éufrates. "
Poema babilónico Atrahasis, líneas extraídas 1 a 26

Gírkù-Tila Nudimmud / Dili-ME-AS

Mi creador reagrupó sus tropas de alguna manera. Una gran parte de sus soldados había descendido a la noche para participar de la ceremonia de despedida dedicada a los hijos de Ninmakh y Enlil, que murieron en combate varios Iti (meses) antes.
En Uras, como en el resto de nuestras colonias, solíamos contar las Danna (horas) de la misma manera que sobre nuestro planeta Nalulkára en Anduruna, en el sistema estelar de los Gina'abul en Margid'da (la Osa Mayor). Nosotros adaptamos en consecuencia nuestra forma de calcular el tiempo, incluso si las diferencias de tiempo eran a veces muy diferentes en comparación con nuestro planeta madre. El Danna (que corresponde a una doble hora en Uras hoy) siempre ha tenido el mismo valor para todos nuestros diferentes calendarios. El número de Danna es variable según la longitud de cada Udh (día), los ITI (meses) que forman una Muanna (año) se establecen en función de nuestra invariable Danna. Esto nos ha constantemente dado diferentes calendarios de una colonia a otra y según nuestros diferentes planetas. Decir con precisión en qué momento Mas, el hijo fallecido, había muerto me hubiera sido difícil, pero esto parecía bastante reciente.
El cuerpo de Mas No se había encontrado, lo que intensificó el ritual. La celebración fue pesada y grandilocuente. Ninguno de los míos había querido asistir, sin embargo, todos aquellos que designé estaban presentes. Al final de la ceremonia, compuesta por múltiples alabanzas y lamentos, una gran hoguera fue encendida para quemar un cuerpo de madera que encarnaba el fallecido. Enlil se había vestido y Ninmah había vertido sobre él los aromas delicados. Nosotros Siempre teníamos la costumbre de quemar los cuerpos de los nuestros. Los Anunna, fieles a los Usumgal, se codeaban por primera vez con mis Nungal. Algo no estaba sucediendo!
Después del ritual, An y Ansar vinieron a mí y se las ingeniaron para mantenerme lejos. El debate se centró en la aplicación del Mardukù. Ellos revindicaron el Decreto 40 que mencionaba que yo tenía todos los derechos en cuanto a la aplicación práctica del Mardukù. Era para mí, y para mí solo el implementarlo, hecho que sabía pertinentemente. Era importante que yo pudiera trabajar con Enlil, ahora maestro y administrador del Mardukù, siendo yo mismo el jefe Ejecutivo... An y su creador querían asegurarse de mi buena voluntad. Ansar abogó por encontrar un amplio lugar donde pudieran instalarse todos los soldados Anunna tras los últimos enfrentamientos, un lugar donde se encontraran varias puertas estelares que garanticen a los Gina'abul los desplazamientos encubiertos. Pensé que por supuesto en la gran Edin (planicie) en el medio de la que había establecido mi pequeña estación Nunkiga (Eridu). Ella concentraba por si sola más de veinte Diranna (puertas estelares). Yo les dije a mis Kuku (ancestros) que yo creía haber encontrado el lugar. Ellos Estaban encantados.
A la mañana siguiente, Ansar había regresado con sus tropas y yo llevé a An y Enlil al  Edin. Nosotros nos posamos en Nunkiga, mi estación agrícola establecida en el medio del desierto. Quince Nungal se encontraban allí, y estaban trabajando a tiempo completo. Sacamos agua a través de un pozo cavado profundamente en el suelo. Era la única manera que disponíamos para irrigar nuestras plantaciones. Por contra, tuvimos que importar un cargamento de agua potable de las montañas al sur del Edin.
Enlil me hizo el comentario desagradable de que era un redil y no una estación de comando. En su inspección minuciosa de los locales, él se había perdido en las plantaciones de Sé'et en las que incursionó por error. Las plantas medicinales no parecían preocuparle demasiado. Lo invité a ver a sus pies y seguir el pequeño camino bordeado de piedras.
Yo les Señalé en un mapa bastante rudimentario la ubicación de los distintos Diranna (puertas estelares) que había identificado. Ellos Quedaron impresionados, y el lugar parecía convenirles. An me llevó al borde de la estación para anunciarme sus intenciones:
- Este lugar está conforme a nuestras expectativas mi hijo. Una vez que hayamos perforado esta maldita capa de nubes, les recordará a nuestros hijos el Duku. Hay una sola cosa que me preocupa: el agua! Nuestra colonia no podrá sobrevivir aquí sin agua. Obtener agua turbia de los pozos no es una solución e importar el agua de las montañas es muy restrictivo. Vamos a necesitar mucha agua para hacer fértil toda esta tierra reseca. Los Anunna necesitarán un cierto confort. Vamos a considerar la excavación de un río y de arroyos que fluirán a lo largo de esta Edin (planicie) y de sus Diranna (puertas estelares) cerca de las cuales vamos a construir estaciones o ciudades.
El proyecto era ambicioso y la tarea ardua. ¿Cómo íbamos a proceder y por encima de todo, quién sería capaz de producir una obra así? Le di vueltas al problema en mi cabeza, mi creador estaba pensativo. "¿Por qué no lo harían las Amasutum? El Decreto 25 del Mardukù indica que ellas tienen deber de aportar abundancia a los Anunna y el Decreto 26 añade que ellas aportarán sus conocimientos sobre el control de los canales de riego", constató An. Yo le observé que eso no era del todo así y que el Pueblo de la Antigua Serpiente  (las Amasutum) tenían, en estas leyes, un papel de instructor y no de mano de obra. Mi creador insistió en que estaba fuera de cuestión el ver a sus Anunna trabajar la tierra después de haber luchado en el cielo. Era necesario de todos modos que el trabajo estuviera terminado cuando descendieran en Uras de aquí a algunos Muanna (años). "¿Por qué no utilizar los prisioneros de guerra para hacer este trabajo?, los Kingu podrían hacerlo muy bien", le remarqué. Mi padre negó con la cabeza y me dijo que no tenían el hábito de tomar prisioneros. Los prisioneros de guerra son peligrosos, y son más bocas que alimentar. El programa agrícola que mis Kuku habían reanudado en Udu'idimsa (Marte) no permitía alimentar a tanta gente. Ellos tenían lo suficiente para satisfacer a sus soldados y a un puñado de sacerdotisas que se habían unido a sus filas a través de Ninmah. Entre ellas estaban nuestras dos expertas concebidas especialmente sobre el Duku, en mulmul (las Pléyades), para el desarrollo del Mardukù: Setir, la sacerdotisa de los cereales y Udu'us, la de los animales pequeños, que nombramos respectivamente Asnan y Lahru en Emesa (lengua matriz).


Me enteré de que una parte de los Anunna estaba también ocupada en la fabricación de una nueva nave nodriza, la Uanna de mi creador no había sobrevivido a las batallas furiosas en Udu'idimsa (Marte).
Enlil se unió a nosotros. Señaló que mis Alagni (clones) trabajaban bien. "¿Por qué no utilizar a los Nungal?, dijo él, ellos parecen disciplinados y trabajadores." Les recordé que eran Kadistu y que su función no era trabajar por la prosperidad de los Anunna. Mi creador elevó el tono:
- Estamos en guerra, hijo mío! No quiero abrumar más a este lugar de quietud. Los Nungal simbolizan a aquellos que estamos combatiendo tenazmente. La sangre Kingu-Babbar (albinos) fluye en sus venas. Nunca podremos olvidar su origen funesto. Su deuda, que los preservará de la suerte que solemos reservar habitualmente a sus hermanos - nuestros enemigos consanguíneos - será trabajar para nosotros. Los Nungal harán estos trabajos y cuando terminen, vamos a volver a discutir su destino en la Asamblea. Que así sea!
La situación se hizo más y más difícil. Si yo hubiera impugnado la decisión de mi creador, el Consejo Usumgal hubiera ordenado de golpe la ejecución inmediata de mis Nungal. Mis Alagni (clones) hubieran sido perseguidos y masacrados sin descanso. Esta alternativa hubiera sin duda arreglado los asuntos de Enlil.
Mi enojo interior se disipó, la razón me ganó poco a poco. Tomé de nuevo el riesgo de pasar por cobarde y personalmente me comprometí a respetar esta decisión abusiva. Enlil comenzó a hervir por dentro y nos dejó en el acto. An me miró con sus ojos maliciosos y me susurró que había tomado la decisión correcta, mientras acariciaba mi hombro izquierdo.
La parte más difícil fue dar a conocer la noticia a los míos. Una vez de vuelta en el Abzu, tuve que reunir a mis Alagni (clones) y nuestras sacerdotisas en la plaza principal de Salim y les expliqué lo más sencillamente posible la situación. Una profunda indignación se ganó el corazón de nuestras Nindigir (sacerdotisas). Estábamos totalmente sorprendidos por la reacción de los Nungal. Mam y yo no habíamos hecho ninguna programación genética sobre la población original de nuestros planificadores masculinos. Por tanto, su devoción a mi persona no tenía límites y sorprendió a la ciudad santa en su conjunto: la mañana siguiente, los Nungal se habían reunido al pie de las altas montañas que se elevan al sur de la gran Edin! Estaban armados con picos y palas vulgares que les habían proporcionado las Ama'argi del Abzu. Enlil, el Satam (administrador) del Edin (La planicie) había decretado que iban a trabajar con sus manos y nada más.
Este amanecer era probablemente uno de los más dolorosos de toda mi existencia. La luz del sol pronto se manifestó como para nosotros proclamar su indignación. La atmósfera se hizo tan abrumadora que fui asaltado por la vergüenza! Los Nungal parecían resignados como vulgares Adán (animales) listos para trabajar ciegamente para la autoridad dominante. Ninguna palabra mediante, ninguna mirada sospechosa. ¿Tenían ellos realmente consciencia de la magnitud de la tarea delante de ellos? Mamitu y su hija Dim'mege, ellas lo sabían!
Enlil y Ninmah llegaron en esta nefasta mañana a comprobar si la mano de obra dedicada estaba lista para trabajar en beneficio de los Usumgal y del linaje Anunna. El resplandor de las antorchas reveló el suelo donde debían empezar los trabajos. Era a los pies de la cordillera, donde fluían varios ríos que se vertían en Edin (la planicie) donde el río tenía que ser excavado. Al finalizar la obra, que estaba en el mismo lugar donde los ríos iban a ser desviados para extenderse por la profunda excavación sinuosa cavada por el trabajo de mis Alagni (clones). Cuando la tímida luz del día traspasó finalmente el velo nuboso, el traicionero Enlil hizo una señal a los Nungal de comenzar los trabajos. Estos últimos lo llevaron a cabo sin pestañear.
Yo no podía quedarme allí para contemplar este espectáculo y me volví volando inmediatamente al Abzu, mi último lugar de retiro. Una profunda amargura me ganó poco a poco: tenía calambres en el estómago, que se extendieron durante varios Iti (meses) acompañados de náuseas. Mam parecía alejarse de mí progresivamente, o al menos, hizo todo para que yo me separe de ella... Mi estado empeoró día a día. Una profunda depresión me Ganó. Mi garganta estaba cerrada; una fatiga intensa hizo aparición y mi sangre fluía por todo mi cuerpo con intensidad. Cuando me acostaba, podía escuchar a mi corazón latiendo en mi cabeza... Me preguntaba si alguien no me había lanzado un hechizo!
Hoy en día en el norte de Irak. Se trata de los montes Taurus en Turquía.

Mi refugio fue la cámara de Sé'et. Este lugar era propiedad de nuestra progenitora, y ella sólo se le había confiado a mi hermana. Un desorden inverosímil llenó el lugar. Plantas y piedras cohabitaban, formando a primera vista un intenso caos. Muchas variedades de plantas estaban plantadas entre cristales con colores inusuales. Sus raíces tomaban nacimiento en los corazones de las piedras brillantes recubiertas con tierra. Estas combinaciones inusuales dieron una vegetación perenne con desarrollo particularmente floreciente. De La cámara de Sé'et emanaba en ese momento el ambiente de estos laboratorios donde reina una atmósfera extraña. Aquí, todo era posible.
En el centro de la sala, una gran piscina siempre había llamado mi atención. Piedras brillantes iluminaban el fondo y anfibios la recorrían a lo largo y ancho. Estas piedras me recordaban a los que había visto en las cavernas secretas del Duat de la ciudad de Adhal donde las sacerdotisas Gir producían a los Kiristi (hijos de las estrellas y de la vida). El fondo de la piscina estaba inclinado, permitiendo al ocupante disponer de múltiples profundidades, sin duda para relajarse. Esa Fue en cualquier caso la sensación que sentí muchas veces, cuando sorprendía a Sé'et chapoteando alegremente en el líquido elemento... A menudo me invitaba a unirme a ella y me tomaba un poco de tiempo para decidirme. Yo había vivido aquí con ella, los mejores momentos de mi vida. En esta sala, en medio de los perfumes más sutiles, nos despojamos de todo artificio sin ningún complejo. Mi prometida se sumergía en mis brazos y se estremeció varias veces al contacto de mis manos. Nuestros besos profundos no hacían más que reflejar nuestra embriaguez interior y el amor infinito que nos teníamos. Nos frotábamos uno contra el otro así como también nos tocábamos muy lentamente, marcada por largas pausas de contemplación. Nuestras mejillas se presionaban la una contra la otra y nuestros cuerpos se reconfortaban en la dulzura de nuestros castos abrazos. Yo había repetidamente inspirado profundamente su olor como para sumergirme. Mi prometida impulsaba estertores inusuales y yo le había ofrecido mi saliva.
Cuando ella quería incomodarme tiernamente, Sé'et amaba ocultar sus pies bajo el dobladillo de su vestido y ocultar las manos en las mangas. Ella me permitía así apreciar sus matices sutiles y delicados. Así, no me dejaba a mí más que sus ojos y su sonrisa para contemplar. Así que después de caricias interminables, Sé'et nunca se cansó de soplarme al oído que ella era para mí desde los dedos de los pies hasta sus párpados y, al igual que las Nin (sacerdotisas) Gina'abul, ella me ofreció sus pies para que pueda besar sucesivamente cada uno de los dedos de sus pies.
Yo estaba allí, en medio esta confusión sin nombre, y me era imposible hacer algo constructivo. Sin embargo, estaba seguro, pero esto no impidió que mi estado se deteriorara dramáticamente. El recuerdo nostálgico de mi prometida no sirvió de nada. Mis músculos comenzaron a contraerse gradualmente en mi espalda, aparecieron mareos y un hormigueo tomó mis manos y mis pies. Finalmente decidí sumergirme en la piscina. El agua estaba extrañamente cálido, y el líquido elemento me dio valiosos momentos de tranquilidad; pero los síntomas seguían allí...
Las Danna (horas) pasaron, yo revisé mi Gírkù para encontrar una cura a mi extraño mal. Había yo mirado en los lugares correctos? Aun así, el único tratamiento presente en este lugar saltó súbitamente a mis ojos. Comencé a revisar la habitación con el fin de tratarme con algunas piedras dispersas y apiladas aquí y allá. A La elección no le faltó nada. Yo probé varios cristales y tomé una opción significativa en dos tipos de piedras. El primero fue un cristal prismático de silicato de aluminio y berilio azul-verde (aguamarina) originario de Kankala (África). Según mi Gírkù, esta piedra tenía las propiedades de disipar los temores y ansiedades al equilibrar las emociones. El segundo era un cristal amarillo con prismas hexagonales formados por dióxido de silicio (citrino) que venía de Sigun (Australia). Esta sílice solar trae armonía al ser superior. Combate la depresión y protege a los seres sensibles, al tiempo que realinea el sistema nervioso.
Yo colecté tan abundantemente como pude ambos tipos de cristales y me hice un círculo de energía en el que me puse tan a menudo como me fue posible. Estos minerales me procuraron raros momento de calma. Explorando alrededor, yo también descubrí algunas emanaciones maravillosas que Sé'et había preparado. Yo Me había acostumbrado a poner un poco en el cuerpo. Siempre me hacía nostálgico; No dejaba de pensar una vez más en mi novia.
Mam fue alertada por Dim'mege que me trajo de vez en cuando lo suficiente para alimentarme. Mi progenitora vino a verme y me revisó con ternura, pero también con cierta moderación. Todos estos síntomas no le dejaron ninguna duda en cuanto al diagnóstico: "Tu estás sufriendo de Buluhur, mi hijo. Esto no es muy grave en absoluto, pero puede llegar a serlo si no te recuperas. Mañana, el Consejo Superior asignará definitivamente las tareas y las tierras de cada uno antes de que tu creador regrese a Salbatanu (Marte). La reunión se llevará a cabo aquí, en Salim. El destino de los Nungal será igualmente sellado. No te preocupes, nosotros, Amasutum, hemos finalmente comprendido que aceptaste la condición de tu creador con el fin de preservar la vida de los Nungal. Mismo si esta suerte es severa, tu has sido sabio, mi hijo. Así y todo, repórtate, muestra a tu padre, a Enlil y a todas las Nindigir (sacerdotisas) de Uras que tu eres digno de su confianza! Tú has sido asociado a la fuente a través de mí. Yo te he elegido antes de que se te comunique tu filiación oculta. Tú eres Bendecido de los Kadistu (planificadores). ¿No te han ellos revelado tu misión? Antes de curar a otros, cúrate a ti mismo rápidamente mi hijo. No me decepciones, Hijo del Agua”.
¿Era eso lo que yo quería oír en ese momento? Tuve la sensación de escuchar a mi creador. Las Palabras de mam estaban llenas de significado, pero esto me dio un mandamiento nuevo. Los Gina'abul son Orgullosos por naturaleza. Probablemente yo lo he sido muchas veces también. Pero estos problemas físicos totalmente desconocidos me llamaron al orden. ¿Qué querían decirme? Tuve una batalla que luchar conmigo mismo, pero ¿qué era esto exactamente?!
Al día siguiente, los Usumgal de Margid'da (Osa Mayor), flanqueados por sus cincuenta dignatarios Anunna, vinieron a celebrar sesión en mi Abzu. Las nobles figuras sobrevivientes de la guerra que se sobrepusieron a nuestra Reina Tiamata sitiaron las alturas de Salim. Yo los odiaba a todos cada Udh (día) un poco más! Ellos no Estaban allí más que por un día o dos. Yo no estaba Sin embargo muy tranquilo de conocerlos en nuestros cuartos reales. Hubiera yo tomado la decisión de hacerlos venir? No, una vez más, esta fue mi progenitora, quien tomó la iniciativa. Sin duda, dada mi condición, a fin de preservarme de cualquier decisión adicional. Mamitu estaba aquí en ella tanto como yo, sin embargo, me he hice de todas formas el comentario de que ella hubiera debido informarme anteriormente de su decisión...
Mam presidió la Asamblea a mi lado. En Salim, el lugar de los debates políticos no se presentaba como en la mayoría de nuestras colonias administradas por los hombres. No se trataba de un anfiteatro, sino una habitación rectangular donde un trono hecho de dos asientos presidía varias filas de bancos. Esta disposición se inspiraba en el modo Amasutum que rige estos lugares desde tiempos inmemoriales.
Uno por uno, los miembros del Consejo Superior llegaron a nosotros haciendo reverencia y se sentaron frente a nosotros con solemnidad. Todos ellos estaban vestidos lujosamente. Mi media hermana Dim'mege estaba cerca de mi creador, en primer lugar. Una pieza de seda dorada ricamente bordada cubría su nariz y su boca. Sin duda era esto un signo de la insatisfacción frente al Consejo Superior. Ella parecía haber perdido un poco de peso.
El ambiente parecía tranquilo, probablemente era yo el único tenso sobre este asiento ridículo! Mam se levantó y anunció en voz alta: "Agradecemos al Alto Consejo de venir al Abzu para definir de una vez por todas los roles y los bienes de cada uno. Este es para cada uno de nosotros un momento oportuno para expresar quejas o formular sugerencias. "
Me levanté inmediatamente: "Yo reclamo ante esta Asamblea que finalmente se examine el destino de los Nungal. Mis Alagni (clones) no podrán esforzarse en producir una tarea como tal con tan pocos recursos y sobretodo soporte. 300 individuos no pueden crear una obra así prácticamente con las manos desnudas. Que La razón gane en esta audiencia santa! "
Mis dolores me hicieron sufrir como nunca antes. Tenía la impresión de que mi espalda estaba a punto de estallar. Yo me senté de una vez totalmente contracturado. Ansar se levantó:
-Enki, hijo mío, nosotros entendemos tu melancolía, pero como tu sabes, ¿quién más podría realizar estos trabajos?
-Tomen prisioneros Kingu, ellos trabajarán! Dije. Alimentar a los Kingu o a los Nungal se vuelve estrictamente lo mismo!

Lahmu, hijo de Abzu-Abba, se levantó y tomó la palabra:
-Si no hubieras creado Alagni (clones) de sangre impura, tu no estarías aquí, joven tonto! Los Nungal tiene la suerte que se merecen. Estos son bastardos que nadie en esta Asamblea ha querido ver nacer, excepto Tiamata, tu progenitora y tu mismo!
-Qué audacia, exclamé. ¿Eres realmente tan viejo que la memoria te juega una mala pasada? Fue Ansar mismo quien había solicitado a nuestra Reina la creación de planificadores, con el único objetivo de clonar soldados que estuvieran bajo vuestro control, es decir de los Usumgal de Margid'da (Osa Mayor). Los Nungal fueron ensamblados a partir de secuencias compuestas por tu propio creador, Abzu-Abba. Yo fui encargado más tarde de la reprogramación de ciertos genes durante las últimas sesiones. Como ustedes saben, nos quedamos cortos de tiempo y las sesiones de clonación fueron realizadas rápidamente. Yo quiero aclarar que Nammu estaba en contra de la reutilización de un material desconocido.
An y Ninmah cruzaron sus miradas. Al verme un poco enredado en justificaciones laboriosas, Ninmah se levantó con calma y apaciguó la Asamblea con voz tranquila:
- Lahmu ha efectivamente necesitado que alguien reavive su memoria! Que algunos miembros de la Asamblea sean definitivamente notificados de los siguientes hechos: Sa'am-Enki no es responsable de la condición física de los Nungal! Como él acaba de decir, él no hizo más que utilizar un material existente. Su error no se le puede reprochar en su totalidad, debido a que su acto era previsible! Que la verdad sea hecha aquí y que nuestros hijos trabajen juntos para la supervivencia de nuestra colonia. Yo siempre he tenido el acceso al patrimonio genético de nuestra raza. Con el acuerdo de la mayoría de los Usumgal, yo había sido secretamente encargada por An de cambiar lo dado de ciertas células ... Nosotros dudamos de que Sa'am tuviera que crear los Alagni (clones) con un apuro. Entonces él cayó en la trampa que tendieron sus Kuku. Los Nungal no debían sobrevivir en el plan de los Usumgal, era más simple si ellos estaban hechos a la imagen de nuestros enemigos jurados, los Kingú-Babbar! Créeme, Enki, los Nungal no estarían vivos hoy si los hechos se hubieran desarrollado como tu lo piensas. Su presencia entre nosotros es en última instancia una bendición.
An se levantó, totalmente irritado por haber sido traicionado por Ninmah. Él concluyó diciendo: "Los Nungal ayudarán a completar el establecimiento de nuestra colonia. Aquellos que sobrevivan a este trabajo tendrán su vida a salvo. Es el precio que tienen que pagar por su supervivencia. Que así sea!"
Casi la mayoría de la asamblea levantó la mano para que se aprobara la decisión de mi creador que sabía bien combinar lo caliente y lo frío. Sería inútil insistir en mi estado de ánimo en ese preciso momento. Mi progenitora comenzó a hervir interiormente. Utilizando el Kinsag (telepatía), le susurré que se calmara, pero la ira era demasiado fuerte:
- Yo le demando a la audiencia un recurso excepcional para compensar el ultraje que me ha sido hecho por el Consejo de los Usumgal, lanzó ella.
Ansar se levantó de nuevo, su rostro estaba caliente:
- Pedido rechazado! ! La Santa Asamblea desearía saber de tu boca que están haciendo los Kingu en Ti-ama-te (el sistema solar)? ¿Por qué están aquí y por qué razón esta información nos fue ocultada hasta hoy?
Mam sonrió al señalar la burla:
-Los Kingu han estado allí desde tiempos inmemoriales. Tampoco son los únicos que atraviesan este sistema estelar y viven ahí. ¿Ustedes se creen en este punto los únicos en este universo? Yo No tengo nada que añadir, excepto para aconsejar a esta ilustre asamblea de no resolverse sistemáticamente a eliminar a sus enemigos y hacerlos prisioneros. Estos últimos podrán serles útiles y ustedes podrán aprender sobre muchos puntos. Del mismo modo, ellos serán capaces de aliviar a los Nungal en su arduo trabajo.
-No podemos juzgar ahora si es una buena idea usar a los Kingu para ayudar a los Nungal, vamos a ver cómo les irá a los Alagni (clones), dijo An. Sin embargo, usted tiene razón, vamos a hacer a nuestros enemigos cautivos, Sabremos bien como extorsionarlos por alguna información. Que sea aquí agradecida tu sabiduría, Nammu!
-Podríamos tal vez indagar a su hija Sé'et, lanzó Lahmu con aire divertido.
-Sé'et nunca ha estado aquí antes, dijo Mam. Ella Ha estado durante mucho tiempo en Gagsisá (Sirio), con los Abgal, antes de que yo la recupere y que trabajara conmigo. Su conocimiento de vuestros enemigos es muy limitado.
- Parece que los híbridos pertenecientes a los Kingu Babbar viven en Ti-ama-te (el sistema solar)? Ansar respondió. Nosotros No los hemos encontrado todavía. ¿Qué nos puedes contar acerca de ellos, Nammu?
- No mucho. Ellos son muy discretos. Estos son los Alagni (clones) altamente evolucionados cuyo parentesco se comparte con los Kadistu (planificadores) denominados Urmah. Como los Kingu-Babbar, ellos tienen muchas bases. Ellos se Denominan Imdugud y son muy solitarios.
Mam no reveló todo, porque ella conocía bien a los Imdugud con quienes ella había muchas veces transigido. Por mi parte, yo no me atrevía a parar allí. La sensación de no haber hecho todo que lo estaba en mi poder surgió internamente. En una de nuestras reuniones, era siempre de capital importancia que nunca terminaran en un fracaso, porque era una forma de menosprecio. De todos modos, de acuerdo con nuestras leyes, también tenía derecho a pedir una indemnización. Yo lo intenté todo lo posible:
-Yo reclamo a esta Asamblea, en compensación del complot genético que fue perpetrado contra mí, el reconocimiento de mi hermana Sé'et injustamente secuestrada. Mi creador intervino
-Es imposible, mi hijo. Tu hermana representa un peligro para nuestra colonia. Ella se opuso en dos ocasiones a los miembros del Consejo Superior. Además, su exilio fue votado por los Usumgal. No, Enki, tu nos pides lo imposible!
Yo estaba desesperado. Sin pensarlo, formulé otra solicitud para no perder la mano:
-Entonces, le solicito al Consejo Superior que me sea restituido mi Nungal llamado Zehuti (Thoth). Es un buen elemento que me secunda en la mayor parte de mis trabajos.
-Tu sabes mi hijo que tienes el derecho de exigir algo más que la vida de un ser, y lo que es más, de un reprimido, contestó An. Sin embargo, no es a mí quien le corresponde esta solicitud, sino al Satam (el administrador) que gestiona los trabajos en Edin (la planicie).
An miró a Enlil con un aire agresivo. Enlil me dio su divina bendición con una burla apenas contenida.
Lo siguiente de esta sesión se trató sobre la organización de los trabajos en Edin y el papel de las Amasutum en esta empresa. Ninmah propuso ratificar el hecho de que las Ama'argi de mi segunda hermana debían apoyar a los Nungal en su tarea. Ella remarcó los decretos 25 y 26 del Mardukù los cuales estipulan que las Amasutum tenían la obligación de proporcionar la abundancia de alimentos y el control de los canales de riego a los machos Gina'abul. Damkina (Mamitu) que tenía todo el texto en su cabeza precisó que eso era más una cuestión de los Anunna en estas ordenanzas, pero ella no se opuso a la ayuda y el apoyo que podría aportar nuestras féminas a mis Alagni (clones ). Dim'mege asintió al igual que todo el Consejo. Yo Sentí la trampa cierrarse gradualmente sobre nosotros . No sólo Usumgal demuestraron la mala fe, sino que ellos se estaban dando el lujo de manejarnos mediante la manipulación de textos del Mardukù donde ellos eran ahora los custodios mayoritarios. Marduk, mi Alagni maestro del Texto que Mam y yo habíamos producido, me miraba con orgullo y desprecio. Él era Ahora el Satam (el administrador) en jefe de nuestra colonia. Nosotros Estábamos a su merced.

Ninmah se levantó y pidió a los miembros permanentes de la Asamblea el permiso para practicar el ritual de la transmisión de las Leyes Divinas sobre su amante. Mis Kuku (ancestros) lo concedieron con una misma voz.
Después de una recitación de himnos vanidosos a favor de Enlil, Ninmah colocó sobre los hombros de este último la pechera con cristales brillantes, símbolo Gina'abul de la autoridad suprema. Eran los ME que contenían los preceptos de la línea de Anduruna (sistema estelar Gina'abul en la Osa Mayor). En estos cristales debía figurar, entre una enorme cantidad de información, una copia completa del Mardukù con todas las normas que lo componen. Este gesto estaba lleno de significado, porque colocaba a Enlil "por encima de" las leyes ...
Posteriormente, Ninmah comenzó un monólogo encendido a propósito de un proyecto que tenía en mente desde hace algún tiempo. Establecer en las montañas del sur, que ella llamó Dukug, la residencia principal de la pequeña colonia que se mantendría en Uras. Las fuentes manantiales que fluyen en este lugar debían unirse para dar a luz a un arroyo que iba a estrellarse en las masas rocosas de abajo y empezar a correr en el vasto Edin (la planicie). Este arroyo sería uno de los afluentes del río para que los Nungal excavaran la cama Teníamos que hacer en las montañas un bosque antes de que la ciudad de Edin se haciera fértil. Aquí vivirían los cincuenta dignatarios Anunna que formaban con los Usumgal el Consejo Superior de nuestra colonia.
An estaba en contra del proyecto, que iba a demandar un montón de trabajo. Mi creador no veía el por qué era esencial gastar mucha energía para una ciudad provisoria. Enlil le hizo observar que aquella provisión podría llegar a durar mucho tiempo, ya que dependería del tiempo que mis Nungal iban a dedicar en llevar a cabo su tarea. Ansar apoyó a mi creador y propuso, sin consultarme, de instalar nuestra colonia aquí en el Abzu. Enlil replicó secamente que estaba fuera de cuestión el establecerse bajo tierra y que prefería ubicar el pequeño asentamiento cerca de la Edin. De esa forma, podría echar un vistazo sobre mis Nungal y sobre el progreso de las obras...
Señalé a Enlil que si quería ver la obra ir más rápido, concedería a los Nungal el uso de Albarzil (Perforadores Mecánicos). Las Ama'argi del Abzu poseían muchos. Estos grandes equipos mecanizados los habían usado para cavar túneles profundos que atravesaban el suelo en muchas regiones del mundo. Enlil parecía dividido entre el deseo de ver a mis Nungal trabajando duro y de ser el supervisor del trabajo realizado sin problemas.
Ninmah escuchó a toda costa reunir del Consejo la aprobación de su proyecto. Si los trabajos llegaran a avanzar rápidamente, su programa en las montañas corría el riesgo de no tener el mismo interés. Enlil lo había entendido. Él Negoció mi presencia sobre el Dukug cerca de la colonia, por lo menos el tiempo para construir la ciudad, porque Enlil quería hacer de mi el supervisor de los locales. Con esta condición, y con la reseva de que el proyecto fuera votado, autorizó el envío de un Albarzil en Edin (la planicie) con mis Nungal.
Ninmah estaba atormentada y la preocupación era evidente por la forma en que ella se mordió el labio. An parecía obstaculizar su propósito. Ella extendió un mapa en el regazo de mi creador. Se trataba del esquema de la ciudad que ella designó como Kharsag. Ella estaba dispuestas en terrazas y tenía un gran jardín donde crecían los árboles en abundancia. Este jardín iba a estar compuesto de huertos y plantaciones por toda la colonia. Los edificios debían ser fabricados con cedros; Madera disponible en estas montañas. Todo Kharsag debía estar rodeado por una valla que protegería la ciudad de posibles depredadores o incluso de los Ugubi (monos) o también los Ukubi (género Homo) que usaban ropa de piel y armas de madera y que les gustaba posarse en las alturas para ver a la distancia de sus jugadores.
Enlil apoyó los propósitos de Ninmah y utilizó su arte de la palabra para aportar algunas precisiones al proyecto. Ambos querían construir edificios altos y un gran reservorio de agua para abastecer a las plantaciones y la comunidad. Ellos tenían También que cavar caminos y canales de riego.
Enlil se volvió a Mamitu y le pidió su apoyo para que le sea dado el secreto de las plantaciones que producen varias veces en el mismo Muanna (año). Mi madre le respondió que ella no se sentía preocupada por este proyecto: "Como la Asamblea Divina me negó el regreso de mi hija, ella no cuenta con mi apoyo para cualquier cosa! Mi lugar no es con ustedes en las montañas. Ella no es negociable como lo es la presencia de mi hijo contigo ", le espetó. Ansar se levantó como un piquete y él le respondió con fuerza, "que sea condenada oficialmente Mamitu-Nammu por el Consejo Superior! Que sea golpeada por la maldición y que sea excluida de nuestras asambleas desde este Ud (día) ". Ansar levantó su mano derecha, todo el Alto Consejo se puso de pie sin haber sido preguntados y votó esta decisión. Sólo Ninmah y yo no ratificamos la sentencia. No habían más partes del Consejo Superior, Dim'mege no tenía derecho a votar. Ninmah miró a mi progenitora con insistencia. Sin duda ella encontraba esta sentencia demasiado injusta ...
Enlil, totalmente eufórico, aprovechó este momento de exaltación para poner el golpe de gracia. Probablemente, no había visto que su compañera no le apoyaba esta vez: "Yo Le pido a la Asamblea para sea conferido el nombre del Sagba (maldición) para Mamitu-Nammu. Que ella lleve ahora la maldición conferida por el Alto Consejo".
Más de la mitad de los votantes ratificó esta voluntad y mi madre salió de su asiento. Ella no pudo evitar comentarle a Enlil lo siguiente: "Yo Recuerdo cuando usted no era más que un fugitivo vulgar en Nalulkára . Mi descendiente, que es su creador, vino a mí para preguntarme que debía hacer de ti ... Lamento que su corazón hubiera finalmente prevalecido sobre la razón. A pesar de la proezas de tu Creador, los mestizos decididamente no son más que Alagni (clones) de primer orden y tú eres ejemplo de lo mismo. Yo te Predigo un destino funesto, hijo mío, tu vas a terminar solo y atormentado para siempre, lo juro! " Ninmah se levantó y dijo lo siguiente: "Que la Asamblea sea indulgente. La ira Nammu es admisible, pero sus palabras superan sus pensamientos. Enlil es una creación maravillosa, que sea aquí alabado Enki-Nudimmud (enki el clonador) por su prodigio! " El público coreó a una sola voz "Nudimmud". Mam salió de la sala exigiendo que la Asamblea dejara el Abzu después de la sesión. Sin ninguna duda, Dim'mege se acercó a mí y se sentó a mi lado en el asiento de su creadora.
Un silencio insólito rondaba en la Asamblea. La voz de mi Creador rompió el silencio de la audiencia e invitó a Ninmah para continuar la defensa de su ambicioso proyecto. Esta última tuvo problemas para retomar su discurso. Enlil no estaba tan cómodo e hizo lo que pudo para sostener a su compañera. Por último, el proyecto fue aceptado con bastante facilidad, probablemente para disipar la tensión que persistía. Cuatro Miminu ("grises") con las manos llenas avanzaron entonces hacia Ninmah. Platos de todo tipo fueron dispuestos a sus pies para agradecer a su ingeniosidad.
Todos estaban dispuestos a beber el vaso de la fraternidad cuando Dim'mege solicitó al Consejo Superior tratar la cuestión de la distribución de las riquezas de Uras (la Tierra). Ansar le aconsejó de arreglarse conmigo - le corresponde al amo del Abzu compartir sus riqueza con su familia maternal. Ansar nos miró a ambos y dijo: "Enki le hará parte de los decretos inscriptos en el Mardukù. Muchos son los que se refieren al papel de las Amasutum con los Anunna. Tus hembras nos serán de gran apoyo. Ellas No escapan a estos decretos grabados en las placas de kùsig (oro) depositadas en el Abzu de Mulge (el astro negro). Cabe recordar que de acuerdo a nuestro código vigente perpetrado por la actual autoridad de Anduruna (sistema estelar Gina'abul en la Osa Mayor), la presencia de este santo Didabbasar (texto de leyes) en Ti-ama-te ( el sistema solar) provoca su ejecución aquí en Uras y sobre todo este sistema estelar. Yo te invito, hija de Nammu, a consultar el Mardukù lo más rápido posible y tomar tus disposiciones para comandar a tus féminas para que se ellas se pongan bajo las órdenes de los custodios ejecutivos de este texto, es decir, tu hermano Enki y Enlil, el venerable Satam (administrador territorial) de nuestro programa de fundación. En el futuro, hija de Nammu, nosotros te damos la opción de mezclar tu aliento con el nuestra, porque esta pieza de seda que cubre su cara es un insulto al Alto Consejo. "
Mi hermana tuvo que quitarse el velo en el acto. Los miembros de la audiencia se pusieron de pie de repente, como para liberarse de esta sesión que había sido interminable y pesada. Dim'mege posó sobre mí una mirada llena de compasión y sacó su Gúrkur de uno de los pliegues de su vestido de seda. Ella lo hizo girar, desapareció de nuestra dimensión y salió de la habitación. Un alboroto de indignación se elevó inmediatamente. Pocos de nosotros tenían un Gúrkur en Uras. Este objeto codiciado era muy envidiado.
El tiempo había llegado de celebrar "la montaña del cielo", que sería la bienvenida de los miembros permanentes Usumgal y Anunna en Uras. El vino corría a flote en honor de Ninmakh. El origen de esta bebida sólo podría provenir de Udu'idimsa (Marte). Sin duda era allí donde Sé'et había sido enviada. Su presencia me hacía falta mucho. Me arrepentí amargamente de haber observado el protocolo establecido por Mam. Tantas veces nos habíamos entrelazados, sin unirnos directamente por la carne. Con frecuencia yo había besado sus párpados sombreados, así como sus finas manos y sus pies delicados. Sus labios habían tocado mis GEI (pene) como pétalos suaves y su boca habían devorado en numerosas ocasiones Baston mi vida y el resto de mi cuerpo. Yo había deslizado a veces mi mano debajo de su falda abierta o bajo sus telas brillantes. Nosotros nos abandonábamos a las caricias más atrevidas. Lágrimas de frustración incluso habían invadido repetidamente los párpados Sé'et. Ella tenía que obedecer a Nammu. Si hubiera sabido que el destino nos iba a separar, desde hace mucho tiempo que hubiera sucumbido a su encanto magnético. Me habría unido a ella, incluso por la fuerza, y le hubiera comunicado el poder del Niama. De ese modo, podríamos comunicarnos en secreto con la ayuda del Kinsag (telepatía).
Yo estaba allí, bebiendo con los individuos que no me correspondían. Los miembros de la Asamblea eran considerados como seres sabios, sin embargo, ellos nos habían estafadol con toda legalidad y nos habían humillado sin reservas. Definitivamente El Mardukù se había vuelto contra nosotros. ¿Hasta que punto había yo sido manipulado por mis Kuku (ancestros)? Finalmente entendí en ese momento que si tenía la intención de proteger aún más la familia de mi madre y la mía, tendría que jugar su juego con sutileza. Yo brindé teniendo cuidado de que ninguno de ellos detectara los temblores de mis manos. Ellas no eran de todas formas como las suyas. Estaban unidos por una membrana de manera similar a las de mi madre y mis dos hermanas.
La Alegría ganó a toda la sala. Todos discutían el maravilloso proyecto de Ninmakh y de Enlil. Mis Nungal no tenían derecho a ninguna consideración. Ninmah vino a brindar conmigo, ella notó que una agitación interior me había invadido. Ella me apretó el brazo y me aseguró ser mi aliada. Un Ungüento vegetal brillaba sobre su piel. Ninmah nunca había estado tan resplandeciente. Yo no tenía nada en contra de ella, yo la encontraba a veces conmovedora.
An me invitó a unirme al grupo principal. Los Usumgal estaban ahí con Enlil. Kharsag estaba en la boca de todos. Yo escuchaba con un solo oído. Mis Sagra (chakras) estaban cerrados. Evité pensar con claridad, porque hubiera tomado el riesgo de revelarme. Pero yo sabía que no podía quedarme allí. En ese instante, yo no tenía la más mínima idea del plan que iba a construir con el fin de salvar nuestro honor, y mucho menos del tiempo que tomaría. Pero sabía sin embargo que mi venganza sería terrible! !


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