Soltera a los 30: cuando el amor no llega

Sin duda hay una gran cantidad de mujeres que bordean la treintena y aún siguen solteras. Pero no estamos hablando de matrimonio, sino que aún no conocen a un hombre que valga la pena como para iniciar un romance. ¿Qué está pasando?

Hace algunas décadas atrás, las mujeres de treinta y tantos que no estaban emparejadas simplemente eran catalogadas como solteronas. Para todo su círculo, esa mujer ya se había quedado sola e iba a dedicarse a vestir santos.

Pero en pocos años la cosa ha cambiado, en la actualidad hay muchísimas mujeres que a esa edad aún no se casan, ya sea porque han privilegiado una carrera profesional, porque optaron por no hacerlo frente a una masiva descreencia en el vínculo sagrado o, más extraño aún, porque no ha llegado ningún hombre a su vida.

Es este el caso que más me interesa, pues las decisiones de la mujer ultra profesionalizada ya han sido más que analizadas.

¿Qué pasa con las mujeres modernas? ¿Realmente hay pocos hombres o estamos nosotras cada vez más exigentes?

Mejor sola que mal acompañada. Ese es el lema. La mujer se demuestra segura y suficiente consigo misma y espera la llegada del príncipe azul. Si no llega no importa, pero, la verdad es que está ansiosa porque lo haga. (Gracias a Dios yo lo encontré!!)

Esta mujer seguramente ha tenido más de un par de novios, con los cuales duró años, pero había algo en ellos que no la convencieron para tomar la decisión de compartir su vida y optó por huir.

A muchos hombres les complica iniciar una relación con una mujer de más de 30. Según explican los sicólogos, en uno de sus artículos, “a esta edad es probable que ellas hayan cumplido muchos de sus sueños… Pero el de conseguir pareja, conforme pasa el tiempo, se les hace cada vez mas difícil… La sociedad te impone que una mujer de 30 sin pareja es una mujer loca, conflictiva, grosera e inclusive rara”.

Y en ese sentido, muchos hombres dicen que les asustan las minas que tienen más de 30, que viven solas, que tienen auto y profesión establecida. Prefieren a una más joven que dependa de ellos material y emocionalmente, y si llegan a ser mujeres totalmente autónomas que sea gracias a ellos (si oh... cómo no)

Cuando una es adolescente se imagina haciendo todas las cosas con que sueña en pareja. El viaje a Europa con el novio, el primer departamento, con la pareja y así. Pero cuando nos vamos acercando a los treinta empezamos a armar nuestra vida unilateralmente. Ya no podemos sentarnos a esperar que ese hombre llegue, simplemente el tiempo está pasando y no se puede perder.

Así, te planificas con un magíster, un viaje por el mundo, la compra de un departamento de dos ambientes, entre muchas otras cosas. Tienes la vida tan armada sola que inconscientemente empiezas a alejar a los posibles pololos de tu vida. No me puedo comprometer con él porque me voy a estudiar a España, es una frase típica.

Lo queremos todo y pensamos que si estamos solas va a ser más rápido y fácil. Pero cuando estamos llegando a los treinta y tantos nos empezamos a desesperar por querer llenar nuestra soledad. Pero los hombres no aparecen.

Lo peor es que si te pones en campaña cada vez que ves a un tipo buenmozo, ya no le miras los ojos o la sonrisa, sino que directo a la mano izquierda. Lo más probable, por no decir todos, ya tienen sus anillo puesto hace rato.

¿Qué queremos?Un hombre que a esta edad sea soltero, culto, inteligente, sin hijos y con un trabajo estable....yiaaaaaaaaaaaaa. Simplemente, imposible. Definitivamente estamos esperando mucho de nuestro hombre, pero la verdad es que a medida que crecemos más exigentes nos ponemos, sobre todo, porque nosotras hemos logrado más cosas y esperamos conocer a un igual.

La mayoría de las mujeres solteras alegan que las casadas les dicen que son muy estrictas a la hora de aceptar a un hombre al lado, pero si estás buscando a un hombre con quien armar el proyecto más importante de la vida, lo menos es que sea el adecuado, que sea el mejor.

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