Se puede comprobar al ver y escuchar,que apenas existe diferencia,
todos parecéis iguales !! en el habla, la vestimenta y la pose controlada
nueva clase social con categoría profesional, sois los magos de las artes
malabaristas del lenguaje, que cambias el blanco por el negro
mezclando los colores según el momento.
Solo existe un pequeño matiz, las siglas del partido que abanderáis
algunas viejas, otras recientes, otras cambiadas a los tiempos presentes,
todos juntos en el parlamento consentidos por el pueblo
con la confianza farsante de haber echo realidad vuestra magia
con la discordancia pues la realidad no cambia.
Una vez apoltronados en los bancos, hay que seguir las reglas del juego,
por encima de vosotros, existen leyes y decretos que paraliza el movimiento
con esa carta magna se considera sagrada, según reza principios fundamentales
del estado de derecho, elevando la democracia al más alto concepto
y el pueblo considerado ciudadano siempre esperando milagros.
La realidad más dura nunca se arregla ni se expresa, pues el pueblo y los magos
caminan en paralelo, el pueblo en el suelo raso y los políticos en el cielo,
aunque hayan pasado años del supuesto cambio, hay cosas que no cambian
por mucho que se disfracen los magos, con maquillaje, chistera o guantes blancos.
Os creyeron en su momento alimentando las esperanzas, con palabras mágicas
"Libertad, Democracia y Tolerancia", un paso adelante pero se quedó estática,
todo se arregló con pactos y consensos, mirando al enemigo más que al pueblo
con la herencia de lo sabido, desencantos y dudas, dando gloria y poder para los viejos cuervos.
El enemigo aún sigue estando, el que mueve los hilos del fascismo y economísmo
marcando las pautas de nuestro destino, hablando de sus futuros y progresos
y para el pueblo con su voto, sigue excluido obedeciendo y pagando tributos
por el bien común de la democracia, de los parásitos reales que viven del circo.
No existe ideologías que valgan, solo políticos repeinados de traje y corbata
funcionarios del capitalismo que utilizan el voto como coartada en las reglas del juego
esas que impusieron para tapar sus miedos, sacando de la chistera aquel referéndum
para tapar el hedor de sus sangrientas manos enterrando la memoria histórica
con cánticos y vocabulario nuevo, para el bien común de un pueblo engañado.