Siria.
Es la ciudad modelo y virtual capital de los terroristas del ISIS. Escenario de ejecuciones públicas, decapitaciones y crucifixiones, ahora la llaman la "rotonda del infierno". Fotogalería en HD
Se llamaba la plaza del paraíso, pero desde que los yihadistas del Estado Islámico (ISIS) utilizan la glorieta de Raqqa, una "ciudad modelo" según ellos, para las ejecuciones públicas se llama la rotonda del infierno.
En ella exhiben durante días las cabezas decapitadas en lo alto de picas de metal o los cuerpos crucificados para amordazar cualquier atisbo de disidencia en esta ciudad del norte de Siria.
Desde enero de 2014, Raqa se ha convertido en la "capital" de facto del ISIS en Siria, donde el grupo extremista sunnita ha conquistado extensas zonas de territorio para agrandar su "califato".
Un policía de la Hisba (que controla a los hombres) vigila un mercado en Raqqa, Siria./AP
En las zonas que gobiernan, los yihadistas han logrado imponer su ley a través del terror y de un sistema parecido al de un Estado.
"Desde el primer día, el ISIS aplicó una política de terror, con ejecuciones, decapitaciones y crucifixiones", afirma a la AFP a través de internet un activista que afirma llamarse Abu Ibrahim Al Raqaui y trabaja en secreto en la ciudad.
"Secuestraron a activistas, impusieron el niqab (velo integral) a las mujeres, prohibieron los pantalones tejanos e incluso los zapatos de colores", añade este joven, uno de los fundadores del grupo "Raqqa is Being Slaughtered Silently" ("Raqqa es masacrada en silencio").
El grupo se ha convertido en una de las principales fuentes de información en Raqqa, prohibida de facto a los periodistas. Sus integrantes arriesgan la vida para documentar las violaciones de los derechos humanos cometidas por el ISIS.
El Estado Islámico ha ejecutado ya a más de 2.600 personas en Siria desde el anuncio del "califato" el 28 de junio de 2014, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH).
El ISIS controla el tránsito e impone multas en Raqqa. /AP
Los videos difundidos en internet muestran calles concurridas y comercios bien abastecidos, pero detrás de esta normalidad aparente, la policía yihadista (la Hisba para los hombres y la Jansa para las mujeres)vigila que nada se salga del guión.
"Vacío continuamente mi teléfono móvil de las fotografías de las violaciones del ISIS porque lo inspeccionan sistemáticamente en los puntos de control", cuenta Abu Ibrahim.
"Una vez vi a una mujer tropezar en la calle. Al levantarse, su niqab se abrió ligeramente y la policía yihadista se le echó encima,amenazándola con 40 latigazos".
Según él, un hombre que se afeita la barba debe pagar una multa equivalente a 100 dólares. En cambio "si respetas las normas sin rechistar, nadie se mete contigo".
"El sistema de gobierno en Raqqa no es comparable al de un Estado, pero supera la estructura de un grupo", explica a la AFP Hicham al Hachimi, experto en grupos yihadistas. El ISIS administra Raqqa como una "ciudad modelo del califato, como lo haría un gobierno central" que se hace cargo de la policía, la justicia y los servicios, como la educación.
"El sistema de gobierno en Raqqa no es comparable al de un Estado, pero supera la estructura de un grupo", explica a la AFP Hicham al Hachimi, experto en grupos yihadistas. El ISIS administra Raqqa como una "ciudad modelo del califato, como lo haría un gobierno central" que se hace cargo de la policía, la justicia y los servicios, como la educación.
Las tiendas de Raqqa cierran a la hora de la oración y los habitantes pagan la zakat, limosna legal y tercer pilar del islam, según Abu Ibrahim. "Médicos, profesores y taxistas deben pasar un test sobre la sharia (ley islámica) so pena de no poder ejercer la profesión".
Han sustituido los programas escolares por otros, con lasmatemáticas, el inglés y el Corán como únicas asignaturas.
Una mujer camina en Raqqa, uno de los bastiones del Estado Islámico en Siria / Reuters
El ISIS es favorable a reducir la carrera universitaria de medicina de seis a tres años. Porque ¿de qué sirve la física, las estadísticas cuando se estudia medicina?", se pregunta en un vIdeo Abu Abdel Rahman al Shami, director del hospital de Raqqa.
En el califato, los yihadistas extranjeros, apodados los "muhajirun" ("los emigrados") disfrutan de un "trato preferente" con respecto a la población local, "considerada inferior", según Hachimi.
En el califato, los yihadistas extranjeros, apodados los "muhajirun" ("los emigrados") disfrutan de un "trato preferente" con respecto a la población local, "considerada inferior", según Hachimi.
En un reciente video difundido por el EI, un yihadista francés convertido al islam, que se hace llamar Abu Salman al Faransi, alaba la vida en Raqqa.
"Llevamos una vida tranquila en un Estado bendito", asegura este hombre de ojos claros y barba, procedente de una familia cristiana de "una pequeña ciudad de Francia" y llegado a Raqqa con su esposa. El ISIS "nos ha dado una casa y un salario mensual".
"El ISIS obligó a los habitantes de Raqa con residencia secundaria a dársela a los extranjeros", cuenta Abu Ibrahim, quien afirma que "generalmente viven en los barrios acomodados y no pagan impuestos. Y al contrario de los sirios, los atienden gratis en los hospitales".
(Fuente: AFP)