«Campamentos yihadistas» para niños soldado en Congo

Obispos de la zona denuncian que 1.500 menores estudian el Corán a punta de rifle

El islamismo radical se aprovecha de los países más pobres para expandirse como un virus, con el África subsahariana como caldo de cultivo. En el este de la República Democrática del Congo, donde han muerto más de cinco millones de personas en más de 15 años de guerra, la asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), junto con obispos de la provincia de Bukavu denuncian la existencia de campos de entrenamiento yihadistas para 1.500 niños, «educados» en la religión islamista.
«Ataviados con uniforme de camuflaje, niños de entre 9 a 15 años, muchos de ellos huérfanos o arrebatados de familias destrozadas por la guerra y la consecuente pobreza, ejecutan maniobras militares vigilados por milicias islamistas de la zona», escribe la AIN. Además, según un informe de los obispos de la provincia de Bukavu, en el este del país, «en la cordillera Ruwenzori, se cuentan tres bases de adiestramiento para yihadistas, Canada, Parking Kaza Roho y Medina, ubicado este a 70 kilómetros de Beni, donde murieron 480 personas en el último año».
«Estamos muy preocupados por estos niños, ya que los han captado en la calle con la promesa de sacarlos de la pobreza, asegurándoles incluso que irían a estudiar a Alemania, Canadá u Oriente Próximo», señala a ABC la vicedirectora de Comunicación de AIN, María Lozano. Añade que han visto hasta 60 niñas con burkas, preparadas para casarse con milicianos islamistas.

«Cascos azules permisivos»

Lozano señala a las milicias islamistas de Alianza de Fuerzas Democráticas (ADF) como los encargados de vigilar a los niños en los tres campos. Asegura que este problema está creciendo debido a la «permisividad» de las fuerzas de mantenimiento de la paz de Naciones Unidas en Congo: «Omiten cualquier actuación contra estos campos». En la actualidad, se estima que la base operativa de la ADF este grupo surgido en la década de los 90 consta de entre 800 y 1.200 miembros, en una «organización estrictamente controlada», que subsiste de la tala ilegal, la extracción de oro, así como de la extorsión en las localidades de Butembo, Beni y Oicha.
Un informe del panel de expertos de la Misión de la ONU en Congo (Monusco) destacaba la ausencia de conexiones del ADF con otros grupos terroristas. «Luchan por el acceso y control de los territorios. Lo que sí es cierto es que son musulmanes», asegura a ABC un trabajador humanitario de la zona.
El aumento de la violencia y las represalias contra la población por parte del ADF han servido al gubernamental Partido del Pueblo para la Reconstrucción y la Democracia y sus aliados del Burec para ganar terreno político. Este es el caso de las denuncias contra Mbusa Nyamwisi, líder del opositor RCD/K-ML, a quien se acusa de usar susconexiones con la milicia tutsi M23 en su apoyo al ADF. Bertrand Bisimwa, representante del ala política del grupo M23 ha negado dichas conexiones.

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