Un estadounidense de nombre Matthew VanDyke tiene como objetivo organizar un ejército de cristianos en Irak para combatir al Estado Islámico.
En lo que ha transcurrido de este 2015, VanDyke ha entrenado a cerca de 400 cristianos iraquíes para combatir al EI. En enero y febrero, formó a unos 330. En mayo, a otros 21. Todos ellos son miembros de la Unidad de Protección de la Llanura de Nínive (NPU, en inglés). A finales de este mes espera reanudar los entrenamientos con un plan más intensivo que le permita crear “la mejor fuerza de infantería de Irak”.
De los entrenamientos se han encargado hasta la fecha cinco voluntarios y empleados. Todos ellos son ex militares de Estados Unidos, entre ellos, según VanDyke, tres tenientes coroneles y al menos un miembro de los Boinas Verdes, una unidad de élite especializada, precisamente, en entrenar a fuerzas locales. Su organización recibe cientos de ofrecimientos de voluntarios que quieren irse a Irak, pero solo acepta a alrededor del 1%.
“Los instructores están felices de trabajar con los cristianos iraquíes, porque están muy motivados, justo al contrario que los afganos con los que habían estado lidiando hasta hace poco”, explica VanDyke en Philadelphia. Está en esa ciudad esperando la licencia del Departamento de Estado de EEUU para que su organización -SOLI, el acrónimo en inglés de Hijos de la Libertad Internacional- vuelva a operar en Irak en calidad de empresa privada de seguridad. Y luego, si todo va bien, en Libia. Y, después, en Nigeria. También dice tener peticiones de Pakistán y de Filipinas.
“Es la primera vez que solicitamos la licencia. Antes no lo hicimos porque teníamos prisa, ya que pensábamos que el Frente Norte de la guerra (donde opera NPU) se iba a abrir este año”, declara. Pero entonces el EI tomó la ciudad de Ramadi, cerca de Bagdad, y la ofensiva, que debería culminar con la reconquista de la ciudad de Mosul ha quedado aplazada para 2016.
VanDyke también quiere expandir sus actividades a otras milicias cristianas aparte de NPU, sobre todo a grupos que sean capaces de lanzar operaciones ofensivas, algo que no es fácil para estas organizaciones, que representan a una comunidad minoritaria “y con una tradición de ser víctimas y de depender de otros para su seguridad”.
Destaca que los fondos de SOLI proceden de donativos de más de 20 países, aunque en su inmensa mayoría de la comunidad cristiana estadounidense. El dinero se puede entregar de múltiples formas: desde medios del sistema de pagos online como paypal, hasta cheques, transferencias o pago por tarjeta de crédito.
VanDyke se define como «cristiano», y declara que siente “afinidad por otros cristianos”, pero niega que su religión esté detrás de SOLI. “La razón por la que me he embarcado en esto es para tratar de encontrar una solución al problema del EI”, declara.
En su opinión, el problema es que “hoy la gente no se moviliza. Cuando estalló la Guerra Civil española era mucho más difícil viajar y, aun así, hubo miles de estadounidenses que se alistaron en la Brigada Lincoln. Hoy, estamos convencidos de que darle un me gusta en Facebook es suficiente para cambiar las cosas”.