Pobre perdedor que creyó que podía existir el amor,
ahora llora sin consuelo de tristeza y dolor.
Es uno más entre todos los que sufren por amor,
es uno más al que ya no le queda valor.
Que tonto fue al pensar
que en alguien podía confiar,
ahora está hecho pedazos
y ya no se puede reparar.
Este ingenuo perdedor ya no cree más en nada,
el amor lo ha defraudado y tiene triste la mirada.
Ya no tiene esperanzas, se siente perdido en el dolor
y para luchar sin fuerzas se quedó.
Es un tonto que soñaba con que alguien lo amaba,
pero nunca sucedió y solo como un sueño quedó.
Es muy triste pensar que nunca volverá a amar
porque, quizás, lo vuelvan a engañar.
Este perdedor que ya no se ilusiona,
que no cree en el amor
es, mi triste CORAZÓN...
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