Al menos 62 milicianos del Estado Islámico y 51 militares sirios --incluidos no menos de 40 oficiales-- han muerto en combates por el control del aeropuerto militar de Kweiris y su academia de las Fuerzas Aéreas, situados al este de Alepo. Los yihadistas intentan hacerse con el control de estas instalaciones.
El Estado Islámico atacó Kweiris por primera vez el pasado 9 de agosto y el sábado volvió a arremeter contra esta posición en una ofensiva que continúa aún activa, según informa el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una organización con sede en Londres pero con una amplia red de informantes dentro de Siria.
Ambas partes están empleando artillería y la aviación siria está bombardeando intensamente las posiciones yihadistas tanto con munición convencional como con bombas de barril. Entre los muertos del Estado Islámico se cuentan cuatro suicidas y ocho milicianos que fueron decapitados por las fuerzas militares.
Las familias de los militares que se encuentran asediados en Kweiris se han manifestado en regiones como Latakia, Tartus y Homs para exigir una reacción al Gobierno, asegura el Observatorio.
El Observatorio informa además de un civil muerto y once más heridos en la capital, Damasco, por la explosión de varios proyectiles lanzados sobre la ciudad y advierte de que esta cifra probablemente aumentará.