Estado Islámico (EI) difundió hoy varias imágenes de la destrucción del histórico templo de Baal, situado en las ruinas arqueológicas de la ciudad siria de Palmira, y que ha quedado reducido a escombros.
Las imágenes, publicadas en redes sociales por seguidores del grupo, mostraron el templo reducido a un montón de piedras. "La completa destrucción del templo pagano de Baalshamin'', decía un texto.
En las imágenes, cuya veracidad no ha podido ser comprobada, se ve el momento previo de la detonación del templo, con varios explosivos a lo largo de la edificiación de más de 2000 años de antigüedad, y en otras fotos muestran la explosión y el estado en el que quedó el templo tras ser dinamitado.
Ayer, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, consideró "un crimen de guerra" la demolición del templo de Baal en Palmira, patrimonio de la humanidad de la Unesco, y el asesinato de su arqueólogo por parte de jihadistas del grupo radical.
La Secretaría General condenó en un comunicado "los continuos actos de terror y las graves violaciones del derecho internacional" cometidos por el Estados Islámico, incluyendo "la destrucción sistemática y el saqueo del patrimonio cultural del país".
También la Unesco consideró que la demolición del templo debe ser considerado un "crimen de guerra y sus autores deben ser acusados por sus acciones", dijo la directora general, Irina Bokova, en un comunicado.
Palmira era considerada una reliquia única del siglo I a. C y una pieza maestra de la arquitectura y del urbanismo romano, por las columnas de su famosa calle principal y el templo de Baal.
Las ruinas asirias de Nimrud del siglo XIII a. C. y de Hatra, también patrimonio de la Unesco, el Museo de la Civilización de la ciudad de Mosul y el yacimiento de Dur Sharrukin, capital asiria durante parte del reinado de Sargón II (722 - 705 a. C.), también han sido pasto del pillaje y la barbarie de este grupo yihadista
El diplomático coreano reiteró que la destrucción de patrimonio cultural "es un crimen de guerra y sus responsables deben ser procesados".
Además de la destrucción del sitio histórico, Ban también se consideró "indignado por el brutal asesinato de Khaled al-Asaad, jefe de arqueólogos retirado de Palmira, por el mismo grupo terrorista el pasado 18 de agosto", y transmitió las condolencias a sus seres más cercanos.
El destacado arqueólogo, que fue decapitado en público y su cadáver colgado, fue también acusado por EI de representar al régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad, en "congresos apóstatas", en referencia a las conferencias internacionales sobre antigüedades.
"Estas acciones bárbaras de terror se unen a una larga lista de crímenes cometidos en los últimos cuatro años en Siria contra la población civil y el patrimonio histórico", añadió Ban, quien llamo a la comunidad internacional a unirse para frenar la actuación terrorista del EI.