En agosto del año pasado el presidente de EE.UU., Barack Obama, autorizó a la fuerza aérea del país a realizar ataques contra las posiciones del Estado Islámico. Desde entonces, Washington logró crear una coalición de 59 países que se comprometieron a luchar contra el grupo terrorista. Se suponía que los ataques aéreos conjuntos ayudarían a derrotar al autoproclamado califato. Sin embargo, la victoria todavía está lejos.
En total, las fuerzas de la coalición realizaron 6.200 ataques, eliminaron más de 10.000 militantes del EI, destruyeron o dañaron 119 tanques y 340 vehículos todo terreno, bombardearon 510 campos de entrenamiento y 3.200 edificios.
Por su parte, EE.UU. aumentó su presencia de tropas en Irak en casi nueve veces, actualmente 3.500 militares estadounidenses están en el país. Cada día de ataques masivos costó casi 10 millones de dólares y el costo total de las operaciones contra EI superó los 3.500 millones. Pero a pesar de estos enormes gastos, la coalición no tiene éxito: los militantes del Estado Islámico no se rinden y no se van a rendir en un futuro previsible.
Por su parte, EE.UU. aumentó su presencia de tropas en Irak en casi nueve veces, actualmente 3.500 militares estadounidenses están en el país. Cada día de ataques masivos costó casi 10 millones de dólares y el costo total de las operaciones contra EI superó los 3.500 millones. Pero a pesar de estos enormes gastos, la coalición no tiene éxito: los militantes del Estado Islámico no se rinden y no se van a rendir en un futuro previsible.
Nuestros medios y esfuerzos actuales no están alineados a nuestros objetivos estratégicos
El jefe de la operación contra el EI, el general Kevin Killea, citado por el portal de noticias NPR, opina que el obstáculo principal para vencer al autoproclamado califato es un proceso lento y complicado de coordinación de los ataques aéreos con los miembros de la coalición.
Los críticos de la campaña militar enfatizan el problema de exceso de precaución en los planes de bombardeos. "Los ataques aéreos realizados hasta el momento sólo se pueden definir como 'anémicos'", sostiene David Deptula, un teniente general retirado de la fuerza aérea de EE.UU. Deptula, que dirigió las campañas aéreas en la primera Guerra del Golfo y durante la invasión de EE.UU. a Afganistán, agrega que no es posible derrotar al Estado Islámico realizando una docena de ataques aéreos al día.
"Nuestros medios y esfuerzos actuales no están alineados a nuestros objetivos estratégicos", comenta el presidente del Comité de Servicios Armados del Senado de EE.UU., John McCain, un militar retirado que dirigió las operaciones durante la guerra de Vietnam. "En consecuencia, no estamos ganando, y cuando usted no está ganando la guerra, usted está perdiendo".
Otros expertos afirman que el esfuerzo del país norteamericano para entrenar a los iraquíes y a los ciudadanos de otros países de Oriente Medio es una estrategia totalmente equivocada.
Andrew Bacevich, un coronel retirado del Ejército estadounidense e historiador militar afirma: "No veo ninguna razón para esperar que podamos motivarlos para luchar eficazmente contra el EI. Creo que ese es el defecto fundamental de nuestra estrategia".
Los ataques aéreos realizados hasta el momento sólo se pueden definir como 'anémicos'
Según indican expertos, también existen otros motivos por los cuales es complicada la lucha contra el terrorismo. Stephen Biddle, asesor del general David Petraeus durante la primera guerra de Irak de 1991, comenta: "Nos gustaría pensar que si proporcionamos formación militar, armamento u otros recursos, los habitantes locales van a ver la amenaza del terrorismo de la misma manera que lo hacemos nosotros y se levantarán contra el terrorismo de la manera que nos gustaría a nosotros. Pero el problema es que los lugareños tienen sus propios intereses, muchos de los cuales no coinciden en absoluto con los nuestros", concluye.