GUERRA DE LAS GALAXIAS

Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana:
Un grupo de seres grandísimos, con aspecto de insecto, llegan a Orión para tomar muestras de RAH (dador de vida), como parte de un estudio tanto científico (para mejorar su raza) como espiritual, pues deseaban comprender el misterio de la creación de las esencias.orion-nebula-mcdonald
Procedían de un planeta próximo a la estrella Antares, en lo que conocemos como la Constelación del Escorpión.
550px-scorpius_constellation_map_negative
Esta visita no fue bien recibida, por cuanto el celo de los oriones frente a la “santidad” de RAH o “El Dador de Vida” era extremo. Y la tensión no pudo ser manejada, teniendo en cuenta que los visitantes de Escorpio, estaban haciendo sus estudios sin haber comunicado de ello al Consejo de Orión.
A consecuencia de este episodio, estalló una verdadera guerra que comprometió a otras civilizaciones extraterrestres. Una guerra en la que mundos enteros fueron exterminados.
Se emplearon armas terribles y mortíferas, y el esfuerzo por ambos líderes opuestos de la guerra (Orión y Escorpio) en concentrar su avance tecnológico para la creación de nuevas armas y, aunque suene increíble, “ejércitos de clones”.
En Orión se creó genéticamente una raza, a servicio de esta Guerra. Aunque de cuerpo frágil y pequeña estatura, aquellos hombrecillos grises serían dotados de una gran capacidad de aprendizaje, constituyéndose en poderosos científicos y operadores de tecnología. Eran los principales aliados de los oriones.
little-grey-alien
Pero no fue suficiente.
Los escorpiones, habían desarrollado armas letales que estaban inclinando la balanza a su favor. Sin embargo, para los oriones la Guerra continuaría, aun a costas de su propia desaparición, que no parecía tener tanta importancia como los mundos inocentes que se vieron afectados directa o indirectamente por esta espantosa batalla estelar.
Y he allí que resaltaba un hombre de Orión. Era alto y esbelto, de tez blanca y largos cabellos negros. Sus ojos claros, profundos, penetrantes, revelaban que se estaba produciendo un cambio en este Vigilante de la estrella Rigel. Era Satanael.
Conmovido por el peligroso desarrollo de esta guerra, Satanael llevó a cabo una intensa campaña por conseguir una tregua en medio del enfrentamiento cósmico, lo cual logró, entrevistándose inclusive con el mismísimo Consejo de Antares. Fue el inicio de la paz.
La Gran Guerra en Orión nos enseñó que ascender en la escala evolutiva no nos libra de cometer errores. Y mientras más alto ascendamos, la caída es más fuerte.
En la Gran Guerra estuvieron involucradas 33 civilizaciones extraterrestres. Y fruto de la paz y el intercambio mutuo en armonía, se creó el “Consejo de los 33”, con un representante por cada civilización. Satanael, por sus denodados esfuerzos en pos de la paz, fue elegido por unanimidad para ser el representante de Orión…

Entradas que pueden interesarte

Sin comentarios