DESPEDIDA A LO GRANDE,MI ABUELO.



Antes de morir, cuando hablaban contigo, te dijeron que acababa de hacer un blog y te pusiste muy contento, simplemente poner unas palabras por ti, aquí…

No me esperaba que ocurriera, parecía que existirías eternamente, pero Dios pensó que era mejor que te fueras antes, es una pena que te vayas de esta forma, tendrías que haberte cuidado más... Al perderte me he dado cuenta de cuánta falta me haces, de cuánto te extraño...

A pesar de todo esto y la tristeza de tu partida, me siento agradecido por haberte tenido en mi vida, se me saltan lágrimas de alegría al recordar momentos vividos junto a ti, es un privilegio haber sido parte de tu vida. Una gran vida. Muy dura.

Las veces que me he reído con tus historias, las veces que ahora me entristezco con tus recuerdos, desde que yo era niño, has sido una persona a la que he querido muchísimo… Me enorgullezco de ti.
La de cosas que me decías del futuro. Y nunca me he planteado el futuro sin ti, como ahora, no te das cuenta de lo que te llena una persona hasta que se va.
Y cuando te pierdo me arrepiento, porque siempre piensas que el abuelo va a estar ahí siempre, pero no es así, el ciclo de la vida es incambiable, siempre estuve listo para lo que me pidieras, pero ahora me arrepiento de no haber ido más tardes a escucharte y disfrutar más de ti.
Nadie es perfecto y, por supuesto, mi abuelo no lo era, pero por lo malo y por lo bueno, me siento privilegiado por haber sido su nieto.
Ahora extrañaré hasta tus enfados. Eres un ejemplo de que en este mundo nadie te puede quitar ni tus cojones ni tu palabra, me enseñaste más de lo que piensas.
Me enseñaste que las cosas no se hacen solas, sino que hay que trabajar y esforzarse para conseguirlas, que uno es el artífice de su futuro. Hay que luchar por nuestros ideales.
Tú luchaste por todos nosotros, por nuestra familia, porque tu gente nunca lo pasase mal y por asegurarnos un futuro. Detrás de ese fuerte carácter había un gran corazón.

Me quedo con las grandes historias, que quiero seguir escuchando. Porque tu cuerpo se habrá ido, pero esas grandes historias de tu vida, son las que te hacen inmortal y que estés aquí entre nosotros, por eso no quiero dejar de escucharlas ni de contarlas, nunca te olvidare…
Creo que he heredado cosas de ti, incluso el carácter, tal vez también el orgullo o la cabezonería… Pero me siento orgulloso de ello.
Me encantaría poder repetir tardes de risas contigo y con la abuela, en las que no parabais de contarme vuestras locuras, y los tres no podíamos parar de reír.
Echare en falta tu presencia, me gusta pensar que donde sea que estés, estás tranquilo y eres feliz. Se va un hombre que ha luchado por hacernos la vida más fácil, a su manera. Una grandísima persona.
Ahora estarás en el cielo reuniéndote con la gente que se había marchado antes que tú y protegiéndonos a todos.
Me despido de ti, prometiéndote que nunca te olvidaré.
Nunca dejaré de amarte.

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