Debemos explicar este milagroso caso por la protección que dan los invisibles ángeles guerreros al bueno, al creyente y heroico soldado de Allah.
Alabanzas a Dios Misericordioso, que ayer ordenó el movimiento de nuestros Ejércitos. Queriendo ver de cerca la gloria del Islam.
Los infieles ocupan su tiempo en ridículos preparativos.
Ya sabéis que está escrito: «Satán había preparado sus batallas, y les decía: soy vuestro auxiliar y os hago invencibles. Mas llegado el momento, les volvía la espalda diciéndoles: Pereced ahora y sufrid los terribles castigos de Dios...». Seguid leyendo, y veréis que está escrito: «Hiriéndoles en el rostro y en el pecho, los ángeles quitan en un punto la vida a todos los infieles... y les gritan: Id a gustar las penas del Infierno».
“¡Señor! ¡No castigues nuestros olvidos o nuestras faltas! ¡Señor! ¡No nos impongas una carga como la que impusiste a quienes nos precedieron! ¡Señor! ¡No nos impongas más allá de nuestras fuerzas! ¡Y absuélvenos, perdónanos, apiádate de nosotros! ¡Tú eres nuestro Protector! ¡Auxílianos contra el pueblo infiel!“
Alabanzas a Dios Misericordioso, que ayer ordenó el movimiento de nuestros Ejércitos. Queriendo ver de cerca la gloria del Islam.
Los infieles ocupan su tiempo en ridículos preparativos.
Ya sabéis que está escrito: «Satán había preparado sus batallas, y les decía: soy vuestro auxiliar y os hago invencibles. Mas llegado el momento, les volvía la espalda diciéndoles: Pereced ahora y sufrid los terribles castigos de Dios...». Seguid leyendo, y veréis que está escrito: «Hiriéndoles en el rostro y en el pecho, los ángeles quitan en un punto la vida a todos los infieles... y les gritan: Id a gustar las penas del Infierno».
“¡Señor! ¡No castigues nuestros olvidos o nuestras faltas! ¡Señor! ¡No nos impongas una carga como la que impusiste a quienes nos precedieron! ¡Señor! ¡No nos impongas más allá de nuestras fuerzas! ¡Y absuélvenos, perdónanos, apiádate de nosotros! ¡Tú eres nuestro Protector! ¡Auxílianos contra el pueblo infiel!“