BAJO MI TÙNICA SÒLO ESTÀ ALLAH

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En cuanto a lo que nos ha sido trasmitido, bien como iluminación, bien como excentricidad, están las palabras de quien dijo: “Yo soy al que amo y al que amo soy Yo”. O como las de otro: “Yo soy Allah”. O como lo que dijo otro: “Bajo mi túnica sólo está Allah”. O como las palabras de otro: “Glorificado sea Yo”. O como lo que dijo otro: “Soy Inmenso”.

         Todo esto y lo que se le parece y asemeja merece una única opinión, porque, aunque sean frutos diversos y variadas sus flores, han sido regados por una mima agua, y aluden a la disolución del dos y la afianzamiento del Uno.

Al tropezar con estar expresiones proferidas por la gente de las experiencias espirituales, siendo difícil para el entendimiento explicarlas y su interpretación escapa a la imaginación, he deseado comentar algunas tal como se expande con ellas mi pecho, lo permita mi reflexión y alcance mi valor. He querido expresarlo todo con claridad, sin uso de metáforas. He puesto por delante los hadices anteriores y las sentencias que los acompañan, recogidas de lo que han dicho los Hombres, y he hecho de esos textos la matriz del discurso y prueba de la firmeza de los juicios, para que sean el entramado sobre el que borde experiencias espirituales y no absurdos, y he llamado a este ensayo: “Desciframiento del enigma y clave del tesoro”, y lo he titulado con esta denominación porque señala hacia el Grado Más Noble, del que se sabe: “Yo era un Tesoro desconocido...”. A continuación, presento estas formas con una introducción con la que desaparecerá la ambigüedad, pues los resultados se extraen a partir de las premisas y las conclusiones sólo son válidas cuando se corrigen los puntos de partida. A quien es sincero en sus inicios, Allah lo asoma a la esencia de su final, como quien construye un cimiento sobre el que afianzarse con el Corán y la Sunna, Allah ha dicho:  “¿Es como quien construye su casa sobre el cimiento del temor y la satisfacción de Allah...? El versículo”.

         Digo -con el auxilio de Allah-: Has de saber que el conocimiento es un premisa cuyo resultado es la acción, y la acción es una premisa cuyo resultado es la experiencia espiritual. El conocimiento y la acción son adquisiciones y la experiencia espiritual es un don. Allah ha dicho:  “Aquellos que se esfuercen por Mí los guiaré por mis caminos”. Los esfuerzos tras la ciencia, la acción y la guía, son dones en las experiencias espirituales. Ese es el sentido de las palabras del Profeta:  “A quien actúa según lo que sabe, Allah le concede la ciencia que aún ignora”, lo que Allah concede a su siervo no es adquirido por éste sino que es resultado del favor de Allah y de su Misericordia. Allah obsequió con ello a su Profeta, y le dijo: “Te enseñó lo que no sabías, y el favor de tu Señor en ti fue inmenso”.

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