Cuando se presenta el enemigo y mis compañeros vuelan a sus armas, yo soy invencible tan pronto
como mi mano empuña esa espada.
Sin embargo, debemos agregar que es vivificadora en un sentido amplio, es decir,
capaz de otorgar una nueva vida, indeleble y perdurable, en donde se conjugan
todos los placeres imaginables, tal y como el mismo Corán lo atestigua:
“A quienes hayan creído y obrado bien, su Señor les dirigirá por medio de su fe. A sus pies fluirán
arroyos en los jardines de la Delicia” (10:9) “No oirán allí vaniloquio, sino ¡Paz! Y tendrán allí su
sustento, mañana y tarde” (19:62) “En cambio los siervos escogidos de Dios tendrán un sustento
conocido: fruta. Y serán honrados en los jardines de la Delicia. En lechos unos enfrente de otros,
haciéndose circular entre ellos una copa de agua clara, delicia de los bebedores, que no se aturdirá ni
se agotará” (37:40-47) y el pasaje más significativo: “En lechos entretejidos de oro y piedras
preciosas, reclinados en ellos, unos enfrente de otro. Circularán entre ellos jóvenes de eterna
juventud con cálices, jarros y una copa de agua viva, que no les dará dolor de cabeza ni embriagará,
con fruta que ellos escogerán, con la carne de ave que les apetezca. Habrá huríes de grande ojos,
semejantes a pelas ocultas, como retribución a sus obras. No oirán allí vaniloquio ni incitación al
pecado, sino una palabra ¡Paz!¡Paz!”.(56:15-26)3