El PARAÌSO ESTÀ BAJO EL RELÀMPAGO DE LOS SABLES

Cuando se presenta el enemigo y mis compañeros vuelan a sus armas, yo soy invencible tan pronto como mi mano empuña esa espada.

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profética1 . Es uno más de los muchos que hacen mención al combate, a la lucha y al sacrificio. Esa entrega tiene un premio, la gloria, la trascendencia y el honor. Quien muere en combate se perpetúa en el tiempo como héroe o como mártir, haciendo de esa muerte una experiencia vivificadora.
Sin embargo, debemos agregar que es vivificadora en un sentido amplio, es decir, capaz de otorgar una nueva vida, indeleble y perdurable, en donde se conjugan todos los placeres imaginables, tal y como el mismo Corán lo atestigua:

“A quienes hayan creído y obrado bien, su Señor les dirigirá por medio de su fe. A sus pies fluirán arroyos en los jardines de la Delicia” (10:9) “No oirán allí vaniloquio, sino ¡Paz! Y tendrán allí su sustento, mañana y tarde” (19:62) “En cambio los siervos escogidos de Dios tendrán un sustento conocido: fruta. Y serán honrados en los jardines de la Delicia. En lechos unos enfrente de otros, haciéndose circular entre ellos una copa de agua clara, delicia de los bebedores, que no se aturdirá ni se agotará” (37:40-47) y el pasaje más significativo: “En lechos entretejidos de oro y piedras preciosas, reclinados en ellos, unos enfrente de otro. Circularán entre ellos jóvenes de eterna juventud con cálices, jarros y una copa de agua viva, que no les dará dolor de cabeza ni embriagará, con fruta que ellos escogerán, con la carne de ave que les apetezca. Habrá huríes de grande ojos, semejantes a pelas ocultas, como retribución a sus obras. No oirán allí vaniloquio ni incitación al pecado, sino una palabra ¡Paz!¡Paz!”.(56:15-26)3 

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