Cuando te postres confíale tus secretos, pero no dejes que ni siquiera quien está a tu lado te oiga. Murmúrale con lágrimas en los ojos porque El es el Señor de tu corazón.
Cuando llegue un nuevo día dale la bienvenida y recíbelo como se merece, cumple con tus oraciones obligatorias, realiza tus acciones segun la sunna, recita el Corán y arrepiéntete nuevamente. Y además de todo esto, ¡sonríe!
Porque hay alguien a quien le importas, que te ayuda, que te escucha y que te ve.
Es Allah.
No te ha hecho llorar sino para hacerte reir, y no te ha quitado algo sino para darte más, y no te ha privado sino para aumentar su gracia contigo, y no te ha provado sino para amarte.
No hay mas dios que Allah.
Con tu belleza eres mejor que el sol, con tu actitud eres más sublime que el almizcle, con tu modestia eres más noble que la luna llena, con tu compasión eres más beneficiosa que la lluvia.
Preserva tu belleza con fe, tu tranquilidad con complacencia y tu honor con el velo (Hiyab).
Recuerda que tus adornos no son de oro, de plata o de diamantes , sino que son dos Raka`at de Fayr, sentir sed cuando ayunas por Allah, ser caritativa sin que nadie lo sepa excepto Allah, tus lágrimas de arrepentimiento que limpian los pecados, una larga postración nacida de la sumisión hacia Allah y sentir vergüenza ante Allah cuando la inclinación hacia el mal te abruma.
Vístete con ropas de piedad (Taqwa) pues eres la más bella mujer del mundo, aun si tus ropas estan raídas.
Vístete con el manto de la modestia, porque eres la mujer más bella del mundo por más que estés descalza.
Donde quiera que vayas encontrarás oscuridad; por ello, lo que debes hacer en tu vida es mantener encendida la luz que hay en ti.
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