Italia: el insólito caso del pueblo que espera que un argentino abra un negocio dedicado al mate

 En Lungro, en el norte de Calabria, el consumo de yerba es diario. La costumbre comenzó a comienzos del 1900 con envíos de quienes emigraban a la Argentina

En Lungro el mate es parte de la vida diaria.

Lungro, un pueblo de 2500 habitantes en el norte de Calabria (Italia), espera que un argentino llegue y abra un negocio de mates y yerbas. No es porque allí no se consigan. Por el contrario, el lugar es la capital “internacional del mate argentino”. Anna Stratigó tiene un museo –la “Casa del Mate”- sobre el tema en su casa y cuenta a LA NACION que la costumbre llegó con los primeros inmigrantes que, desde la Argentina, empezaron a enviar yerba y mates a sus familiares. “Es un amor común entre nosotros y ustedes, el único lugar donde se toma mate a diario”.

Las almacenes y supermercados venden todo lo necesario para una mateada, pero Stratigó tiene la expectativa de que “un argentino venga y ponga un negocio propio… Sería lindo”.

Ella es la autora de “La canción del mate”, donde repasa el rito de compartirlo. La mayor parte de los mates que se venden en el pueblo se hacen con calabazas del campo, mientras que bombillas y yerbas son importados.

La fiesta “Mateando” se celebra el 1 de agosto y allí, incuso, se enseña a tomarlo a quienes todavía no saben cómo hacerlo. “Hay una amplia variedad de yerbas y es posible comprarla en casi todos los negocios, pero es raro que no hay ningún argentino que haya vista la oportunidad y se haya instalado”, insiste Stratigó.

Vittorio Civitelli es uno de los principales importadores de productos argentinos en Italia; en el caso de las yerbas lleva alrededor de media docena de marcas y vende unos 15.000 kilos mensuales en paquetes de medio. “Llevo 20 años en esto y en los últimos 10, el consumo de yerba se duplicó. Influyeron los futbolistas y hasta el Papa Francisco, que aparece tomando mate muchas veces; esas imágenes generan curiosidad y muchos de los que prueban se acostumbran”.

El medio kilo de yerba, al público, cuesta entre 3,50 y cuatro euros. El importador admite que lo más vendido es en ese tamaño porque para los que “recién se inician” es una manera “de no desperdiciar”. Civitelli vende en tiendas y supermercados. Hace una década, remarca, solo se conseguían este tipo de productos en negocios específicos, de delicatesen.

“Lungro es un buen mercado –señala-. Es chico, pero la cultura matera está muy extendida. Eso mismo pasa en otras regiones de Italia y el origen está en los inmigrantes que, por curiosidad, mandaban los regalos. Después se sumó la emigración argentina, el Papa y el fútbol. Es una tradición que se comparte”. También importa alfajores y compra dulce de leche fabricado en Europa.

El Papa Francisco es un impulsor del mate en Europa.
El Papa Francisco es un impulsor del mate en Europa.

La producción de yerba en la Argentina cerró el año 2020 con un consumo de 268,8 millones de kilos en el mercado interno. Según datos del Instituto Nacional de Yerba Mate, las exportaciones crecieron 7,78% el año pasado, cuando se despacharon 42,9 millones de kilos. Las mayores expectativas del mercado están en el uso de la yerba mate las bebidas que la emplean como insumo.

Por ejemplo, la marca de bebidas energizantes Red Bull lanzó en Suiza la “Organic Viva Mate Red Bull” como una prueba piloto para testear al mercado europeo, y Perrier (el agua del grupo Nestlé) ya tiene una energizante en lata, Perrier Energize, que lleva ingredientes de origen vegetal, como café verde orgánico y extractos de yerba mate.


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