Estados Unidos quiere aislar a Rusia y frenar la compra de crudo de ese país en Occidente, uno de los sustitutos más cercanos es Venezuela, que claramente tendría sus condiciones pero a la vez necesita incrementar producción, operatividad y exportación, que ayudarían a mitigar la crisis económica y daría estabilidad al país.
¿Qué dicen desde Washington?La decisión del gobierno del presidente Joe Biden de acercarse al régimen de Maduro con la aparente intención de levantar algunas sanciones para reactivar la importación de petróleo ha generado polémica en Washington.
Tanto legisladores republicanos como demócratas, en particular aquellos de la Florida, salieron a criticar las negociaciones, cuya intención según la Casa Blanca, es procurar fuentes alternativas de crudo que les permita reducir su independencia al petróleo ruso.
Sobre todo ahora que Biden ha tomado la decisión de suspender la compra de crudo a Moscú, que representan alrededor de un 8 por ciento del total de sus importaciones.
"Debemos suspender las importaciones de Rusia, pero no ir a Venezuela. Cuándo vamos a aprender que no podemos depender de estos hampones", dijo el senador Rick Scott. Igual sentimiento expresó el Senador Marco Rubio y el representante a la Cámara Mario Diaz-Balart que llamó a la posibilidad "estúpida y hasta peligrosa".
Según estos, una movida semejante solo fortalecería a un régimen corrupto y responsable de la crisis humanitaria en ese país.
Pero también demócratas, como el Senador Bob Menéndez y la representante Val Demings cuestionaron los acercamientos y le pidieron recapacitar. "Muduro y los otros hampones de su gobierno no pueden salir beneficiados de esto", sostuvo Demings.
Debemos suspender las importaciones de Rusia, pero no ir a Venezuela. Cuándo vamos a aprender que no podemos depender de estos hampones
Para Biden se trata de un tema muy complejo. Por un lado tanto demócratas como republicanos lo venían presionando para que suspendiera las importaciones de Rusia como castigo por la invasión de Ucrania.
Pero esa decisión con seguridad disparará aún más el alto precio por galón que ya están pagando los estadounidenses y que se ha incrementado en un 30 por ciento desde comienzos de año.
Algo que los republicanos están explotando a su vez y que impacta mucho su agenda doméstica, pues también contribuye a la inflación, y con claras consecuencias electorales.
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Putin, mandatario ruso, y Joe Biden, presidente de Estados Unidos.
Efe agencias
De allí su afán por buscar fuentes alternativas de crudo no solo en Venezuela, sino en Irán y Arabia Saudí, dos países que también despiertan polémica.
Si bien los republicanos han pedido buscar esas fuentes en EE.UU. a través de nuevos proyectos de explotación estos no tendrían impacto en la coyuntura actual pues tardarían mucho tiempo en arrojar resultados. Venezuela, que antes de las sanciones del 2019 exportaba cerca a 500.000 barriles de petróleo a EE.UU. sería una opción más inmediata aunque insuficiente como para tener un impacto en el precio internacional del crudo.
La Casa Blanca ha tratado de justificar las maniobras indicando que con esto también pretende interferir en las relaciones Moscú-Caracas, que han cobrado especial interés en el contexto del conflicto ucraniano ahora que Rusia ha indicado que pretende incrementar su presencia en la región, vía Venezuela, para contra golpear a Washington en su zona de influencia.
En todo caso, la decisión sin duda marcará la cita prevista para este jueves entre el presidente Iván Duque y Biden en la Casa Blanca. Duque, que lleva casi cuatro años liderando una cruzada internacional contra Maduro, ya le pidió al mandatario de EE.UU. reconsiderar los acercamientos.
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Sin embargo, Maduro ha dicho que todas las versiones sobre esa reunión “son puras mentiras, pura especulación” porque “los temas que se conversaron, se conversaron", dijo el mandatario, al destacar, eso sí, que acordaron ciertos temas y que lo motivaron a "seguir adelante”.
Lo cierto es que Maduro deberá tomar una decisión firme en cuanto si sigue del lado o no del presidente ruso, Vladimir Putin.
Para Caracas, el levantamiento de las sanciones impuestas desde 2017 por EE. UU. serían no solo un alivio económico sino un triunfo político sobre su “enemigo”. Pero, por otro lado, la relación con Rusia puede debilitarse.
A nivel de discurso, el mandatario venezolano ha dado un giro. En los primeros días de la invasión a Ucrania, decía que mantenía todo su respaldo a Rusia. “Podemos vivir una Tercera Guerra Mundial con impactos brutales en la economía” .
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Nicolás Maduro (i.) líder del régimen de Venezuela y Vladimir Putin, presidente de Rusia hablan en el Kremlin.
AFP
El líder chavista también hizo un llamado la noche de este lunes a “los factores involucrados alrededor de Ucrania a que la inciten a buscar la paz y abandonar las posiciones que ha tendido en el pasado” y agregó que había que tomar medidas para proteger la economía. Un discurso distinto.
¿Qué tan posible es lograr un acuerdo para que EE. UU. levante el embargo al crudo venezolano?
Un acuerdo para que Estados Unidos levante el embargo al crudo venezolano que rige desde 2019 serviría al gobierno de Nicolás Maduro ante el riesgo que suponen para Caracas las sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania, estimó el lunes el experto Francisco Monaldi.
Monaldi, director del Programa de Energía para América Latina del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad de Rice, en Texas, dijo que lo primero que se necesita para que Estados Unidos pueda volver a comprar petróleo venezolano "tiene que haber un cambio en las sanciones vigentes.
Podría hacerse algo acotado, como darle una licencia a (la petrolera estadounidense) Chevron o a algunas empresas occidentales para que exporten a Estados Unidos algunos cargamentos. Podrían autorizar específicamente que le pagaran a (la petrolera estatal venezolana) Pdvsa por esos cargamentos para que el gobierno venezolano lo autorizara a su vez".
Venezuela produce 750.000/800.000 barriles diarios de petróleo y lo máximo que podría llegar a producir en los próximos seis meses son unos 950.000 barriles diarios, quizás hasta un millón.
Desde la visión del analista, estas cifras son muy bajas comparado con Rusia, "que produce 11 millones de barriles diarios y exporta 7 millones". "O sea que Venezuela no ayudaría a que no subiera el precio del petróleo para nada. Si Estados Unidos suspende la compra de petróleo ruso, Venezuela podría ayudar muy parcialmente a resolver el problema de algunas refinerías estadounidenses del golfo de México que ahora usan petróleo ruso".
En Venezuela quedan solo tres petroleras occidentales relevantes: Chevron, (la italiana) Eni y (la española) Repsol, estas dos últimas fundamentalmente dedicadas al gas. "Esas tres empresas se verían muy beneficiadas de que hubiera algún mecanismo con el cual se pudieran cobrar, porque han estado acumulando pasivos gigantescos con PDVSA", agregó Monaldi.
Con relación al conflicto en Ucrania, que ha disparado el precio del petróleo, puede afectar a Venezuela, según Monaldi, por dos razones:
"Primero, porque la manera en que evade sanciones Venezuela es a través de bancos rusos. Entonces, al ser sancionados los bancos rusos eso puede obstaculizar el flujo de dinero hacia Venezuela. Segundo, porque si los rusos no pueden exportar a Estados Unidos van a tratar de exportar a China, el mercado no occidental más importante del mundo y donde ya venden más de un millón de barriles. Y eso puede ser muy malo para el crudo venezolano que se coloca en China", explica.
De ahí que Nicolás Maduro esté interesado en lograr algún acuerdo con Estados Unidos y que no esté tan tranquilo, a pesar de que el precio del petróleo esté tan alto ya que eso a la larga no lo beneficia.