Mimetismo - PRACTICANDO EL ARTE DE "NO SER DETECTADO"

Santateresas o Campamochas (Mantis religiosa)



El mimetismo y el camuflaje han existido desde que los primeros animales evolucionaron, y han formado parte de la naturaleza por siempre como una herramienta de supervivencia. Sin embargo, fue hace apenas 223 años que la ciencia comenzó a interesarse en su significado, cuando Erasmus Darwin comentaba en su libro Zoonomia (1794) que “el color de muchos animales parecía ser una adaptación para ocultarse a si mismos, ya sea para evitar el peligro o para sorprender a su presa”. 65 años después, su famoso nieto publicaría su teoría de la evolución, donde habla precisamente de las sorprendentes adaptaciones de los seres vivos.

Parece que desde entonces, con esa descripción tan clara y sencilla no hay mucho qué agregar, hasta que nos damos cuenta realmente de que las técnicas tan complejas y avanzadas que los animales utilizan para ocultarse, superan nuestra capacidad de entendimiento, y que sorprendentemente, la capacidad de algunos animales para adaptarse al mundo actual son más rápidas y efectivas de lo que podría esperarse.

Camuflaje humano

Los seres humanos practicamos este arte desde tiempos inmemoriales, aunque la ciencia del camuflaje como tal se ha aplicado principalmente con propósitos bélicos. Nosotros, en innumerables momentos del día utilizamos el camuflaje de forma instintiva e inconsciente: vestimos de una forma u otra para transmitir seguridad o éxito y aparentamos ser lo que a veces no somos.

Algunos preferimos mimetizarnos y pasar desapercibidos entre la muchedumbre como “uno más”, mientras que otros buscamos resaltar y volvernos aposemáticos; algunos para dominar, y otros para protegernos de quienes pretenden dominarnos. Al final de la historia, querido lector, no somos tan distintos al resto de los animales, pues en ésta lucha psicológica, los humanos perseguimos el mismo objetivo que ellos: la supervivencia.




Entradas que pueden interesarte

Sin comentarios