Como si fuéramos capaces de traspasar el filtro que supone el cuerpo y llegar al alma de los demás a través de sus ojos.

Nuestros ojos, como nuestros gestos, nos delatan ante los demás y dicen más de nosotros mismos que cualquiera de nuestras palabras. De hecho, el lenguaje no verbal puede comenzar en una mirada y acabar en todos nuestros movimientos, constituyendo la mayor parte de la información que podemos transmitir.
Dijo Anderson, uno de los investigadores. «Los ojos son ventanas al alma probablemente porque son los primeros conductos para la vista. Los cambios emocionales expresivos alrededor del ojo influyen en cómo vemos y, a su vez, esto comunica a los demás cómo pensamos y sentimos.
Para concluir, los ojos son un camino para comprender la mente humana. Estudiarlos nos permite aprovechar el hecho de que el ojo es una extensión de nuestro cerebro, de nuestra alma. Gracias a ellos podemos conocer estados emocionales y vislumbrar, hasta cierto punto, las intenciones que tienen los demás.